Presión avanzada de la UC
En el clásico ante Universidad Católica, los albos se iban a encontrar frente al mismo desafio táctico. Por identidad de juego de su oponente y porque los dirigidos por Mario Salas así también lo habían anunciado. Sin embargo, el equipo de Héctor Tapia no tuvo argumentos para contrarrestar esta concepión de juego (manera colectiva de atacar o defender de un equipo), que coquetea bastante con el pressing.
La primera cifra visitante nació de una recuperación avanzada y, a pesar de su precocidad en el desarrollo del juego, resumió lo que fue el encuentro. Stefano Magnasco presionó a Luis Pavez, quien en lugar de aguntar a pie firme la embestida del cruzado optó por dejarse caer al piso, para fingir un foul que no fue, y facilitó el ataque directo de la UC, que terminó con el gol de José Luis Muñoz.
Los momentos más importantes del partido evolucionaron en ese tenor. Los cruzados se situaron en el territorio de su rival, para recuperar el balón o interrumpir el juego oponente y se lanzaron en ofensiva con elaboraciones de ataque simples y por los costados para llegar a finalizar la maniobra por el centro. De este manera, llegó el tercer gol, que fue obra de Erick Pulgar.
Colo Colo no tuvo recursos para eludir el bloque compacto de recuperación o interrupción de juego oponente que la UC instaló en el terreno local. En esto fallaron los volantes albos, sobre todo el tándem de contención (Esteban Pavez y Claudio Baeza).
Los mediocampista locales nunca encontraron el lugar preciso, detrás de la primera línea de achique que delineaban los atacantes cruzados, para recibir libres y darles desahogo a sus centrales y/o laterales. Así podrían haber facilitado la concreción del primer pase en la salida, que es vital en el ataque construido (intención de llegar tocando al arco mediante secuencias de pases, priorizando la precisión por sobre la dinámica), que tiene por norma el Cacique.