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Juventus 1 - Barcelona 3

Barça alza la Champions y Bravo es el primer campeón chileno

Rakitic, Suárez y Neymar sellaron la quinta Copa Europea para los españoles. La Juventus de Vidal fue un digno rival pero no pudo. El descuento de Morata no fue suficiente.

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Claudio Bravo y el Barcelona celebran la quinta Champions.
Claudio Bravo y el Barcelona celebran la quinta Champions. LLUIS GENEAFP

La Champions League volvió a Barcelona y se olvidó una vez más de Juventus, que también pudo ganarla pese a que ese recuerdo ahora parece lejano. La quinta copa europea es un hecho. De la mano de Rakitic, Suárez y Neymar, el equipo de Luis Enrique se coronó en Berlín. También Claudio Bravo, que pese a no jugar, quedará en la historia como el primer jugador nacional en lograrlo. Arturo Vidal como premio de consuelo se convirtió en el primero en estar en cancha. No es mucho ahora, pero es historia.

Barcelona pudo definir rápido el partido. En un gesto, un detalle, cuando el partido recién se armaba, demostró que era un poco más que su rival. La jugada la comenzó Neymar, la siguió con clase Andrés Iniesta y la definió el inesperado de toda final, Rakitic, que abrió la cuenta para un equipo que hasta ahí no había sido mejor, pero que sí lo sería con el correr de los minutos, con la ventaja en sus manos.

Juventus hizo todo lo que no hay que hacer ante un equipo como el Barcelona cuando te marca: desesperarse. Entraron a la cancha con un plan y tuvieron que cambiarlo rápido. La improvisación nunca es un buen amigo de un equipo que llegó a la definición, por su equilibrio, su orden. Arturo Vidal fue el rostro de esa confusión. El chileno cometió cuatro faltas en un cuarto de hora, se ganó amarilla y se enojó con todos, por no correr como él. El corazón no se transa.

Pero después de esos momentos malos, de una tapada impresionate de Guianluigi Buffon, la Juventus seguía viva. Y todavía quedaba mucho partido. De pronto, el Barcelona ya no jugaba tan bien, ni era tan preciso, y los italianos por fin llevaban el juego a lo que les acomodaba. La primera tarea fue anular a Messi, Neymar y Suárez.

Pero no fue sólo eso la Juventus. En la segunda mitad también demostró que podía jugar como su rival, quitarle la posesión, llegar al área en superioridad númerica y marcar. Berlín veía una resurrección y también a un crack del presente y futuro. Álvaro Morata pudo un empate que en el primer mitad parecía imposible. Tanto, como el pase de taco de Claudio Marchisio. 

El partido por primera vez se desniveló para el equipo de Vidal. Conducido por Pirlo desde la mitad y la explosión de Tévez y Morata arriba, el equipo se instaló cerca del arco de Ter Stegen. El problema es que con equipos como el Barcelona, por más que parezcan mansos, desorientados y controlados, siempre esconden algo más.

El equipo de Luis Enrique demostró otra vez ya no es sólo toque y posesión, sino también verticalidad. En una declaración de principios, en tres pases, Luis Suárez aprovechó un disparo desviado de Jordi Alba, y en un rebote encontró el segundo gol. También el título.

Por más que aún quedaban minutos, Juventus no pudo más. El partido era ya en ese momento un duelo golpe por golpe, y fue el Barcelona el que ganó en la disputa. Los últimos diez minutos del partido no fueron largos, ni emocionantes. Ya estaba escrito: La Champions es del Barcelona. También el triplete. Por si quedaban dudas apareció Neymar.