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Ex futbolista de Coquimbo y La Serena

Los días del "Potro" Cerino en la concentración de Argentina

El rosarino, quien vive en la Cuarta Región, prestó labores de apoyo en la Copa América. "Los jugadores fueron muy educados y amigables conmigo", contó.

Actualizado a
Jorge "Potro" Cerino junto al delantero de Argentina Ángel di María.

Siendo un veinteañero futbolista, Jorge “Potro” Cerino llegó en 1993 a Coquimbo Unido desde Newell’s Old Boys de Rosario. El ex delantero desarrolló toda su carrera deportiva en Chile, actuando por La Serena y Unión Española, entre otros equipos. Nunca más volvió a su país y actualmente reside en la Cuarta Región, lo que posibilitó que la organización de la Copa América lo eligiera para colaborar con la selección argentina durante el certamen.

“Había hablado con el Tata (Gerardo Martino, DT de la escuadra argentina), cuando vino a ver el tema del complejo para entrenar en La Serena y otras cosas más. Como yo estaba acá hace mucho tiempo, surgió la posibilidad de ayudar en la coordinación logística de la selección argentina. Estar coordinando los horarios de las actividades, las salidas de las camionetas, de los buses, o estar de apoyo frente a cualquier necesidad que pudiesen tener los jugadores. Fue un trabajo lindo”, manifestó Cerino a AS Chile.

“Cuando debuté en Newell’s, con 18 años, el Tata estaba jugando. Ahí creamos una relación muy linda. Los años obviamente te alejan, pero nunca nos olvidamos que habíamos compartido. Además para mí siempre fue un referente. Cuando yo empecé, él era la figura del club”, agregó.

Cerino contó que durante la estadía del cuadro albiceleste “llegaba antes de las nueve de la mañana a concentración y me quedaba hasta las 11 o 12 de la noche, cuando cerraban las puertas. Viajé a Viña del Mar en el chárter para el partido contra Jamaica y después viajé en forma individual a los otros partidos”.

“Fue increíble conocer a esa clase de personas. Son monstruos en la parte futbolística y tuve la oportunidad de conocerlos en la parte humana, lo que me sorprendió mucho. Nunca una falta de respeto, siempre buena disposición al diálogo conmigo. El futbolista de repente es reacio a ver gente de afuera en la concentración, sobre todo a este nivel, pero conmigo fueron muy amigables y muy educados”, añadió.

En la concentración trasandina, el ex delantero tuvo la chance de acercase a Lionel Messi. Al respecto, señaló que “Leo hace una vida de concentración muy profesional. De repente salía a jugar ping-pong con Agüero. La mayor parte del tiempo la pasaba en su habitación. Con los que más hablé fueron con Nahuel Guzmán, con (Sergio) “Chiquito” Romero, con Milton Casco, con el Kun (Agüero). El que es un fenómeno es el Pocho Lavezzi. Un tipo alegre, simpático, uno de los referentes en el grupo para tirar la talla. Era un grupo espectacular”.

Sobre el último partido, en el que Chile derrotó por penales a Argentina, Cerino comentó que “el tema de perder la final fue que se perdió otro partido por un título. Hubiese sido más doloroso perderla contra Brasil, porque la rivalidad futbolística nunca ha sido contra Chile, sino que contra ellos. Para mí igual fue doloroso perder otra final, porque estaba todo dado. Obviamente que no se le quitan méritos a Chile”.

“Estuve dentro de la cancha con el plantel en el momento de la premiación. Mucha gente dijo que los jugadores se habían sacado la medalla, que fue una falta de respeto. Pero los jugadores se quedaron ahí mientras se armaba todo para el festejo. Fueron 20 o 25 minutos en que los muchachos tuvieron mucho aguante. Quedarte ahí, mientras 40 mil personas celebran y algunos te están puteando, no es fácil. La gente habla de falta de humildad y soberbia, pero yo estando adentro aseguro que en ningún momento se pensó que el partido se iba a ganar fácilmente o que era un trámite”.

Por último, el argentino radicado en la ciudad de Coquimbo reveló que “después de la final estuve conversando en las piezas con algunos chicos. Cuando se fueron me di un abrazo y un beso con todos. Fue triste, porque durante un mes en la concentración uno crea lazos. Cuando me despedí del Tata, me abrazó y me felicitó, por todo lo que había hecho. Ahí me quebré. Fue un orgullo haber cumplido. Yo trabajé para la organización de la Copa acá en La Serena y no directamente para la selección argentina. Siento que hice bien mi trabajo”.