Que se vayan todos, que no quede ni uno solo
El tiempo se encargó de aclarar las dudas planteadas hace unos días en este mismo espacio. Sergio Jadue había viajado a Estados Unidos para negociar su residencia en Miami y no en Nueva York e hizo escala en Brasil al regreso. El calerano se declaró culpable y está siendo procesado con rango de colaborador. El ex dirigente sí tenía una cuenta off shore con el millón y medio de dólares que recibió como coima por los derechos de televisión de la Copa América.
El sistema judicial norteamericano no tiene buena prensa, especialmente porque el cine no lo ha dejado bien parado, pero habitualmente se encarga de que los delicuentes paguen.
A Sergio Jadue ya lo pillaron. Y lo están haciendo cantar para que delate a sus compinches. Si no da buenos datos, podría terminar tras las rejas. Y en nuestro país, su prestigio quedó al mismo nivel que un gato de campo.
Lo que debe preocupar es lo que ocurre acá en Chile. Hoy abundan las lágrimas de cocodrilo. Tipos que declaran sentirse engañados y estafados por el actuar del calerano, que ponen cara de querer pegarle una trompada si lo tuvieron al alcance de sus brazos, son los mismos que tuvieron en su momento la posibilidad y la obligación de descubrir todas las triquiñuelas del ex presidente de la ANFP. Y no lo hicieron. Porque no quisieron, porque fueron sus cómplices o porque definitivamente son pencas en su trabajo.
Son esos mismos los que hoy hablan de borrón y cuenta nueva, listas de consenso o que lisa y llanamente quieren seguir en sus cargos. Cuando les hablan de investigar, de limpiar la casa, arriscan la nariz. Puede ser que el directorio esté absolutamente en regla según los estatutos, pero no está validado moralmente para continuar ejerciendo.
Son demasiadas cosas las que deben aclararse. Jadue no actuó solo. Hay muchos involucrados, demasiados. Cunde el miedo y la desconfianza entre la dirigencia. Varios quieren hablar de las cosas raras que vieron en los últimos tiempos, pero reculan cuando les dicen: "Si me caigo yo, te caes conmigo". Si el directorio, por poca prolijidad o ineptitud, no pudo aclarar las situaciones anómalas a tiempo, bien podría obstaculizar las diligencias de ahora, que es cuando se requiere más transparencia que nunca.
Aún falta por ver los temas de los préstamos truchos a los clubes amigos del ex presidente; las platas de Puerto Montt que fueron a dar a Copiapó; saber cuántos recursos del fútbol han ido a parar a clubes urgidos por prestamistas usureros; los muy bien remunerados puestos de trabajo que se crearon para la Copa América y que nunca se ejercieron; si hubo o no coimas en negocios de la ANFP donde no hubo licitación. Y etcétera.
Son demasiadas cosas.
Una vez que se aclare todo eso, la misión va a estar cumplida.