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Colo Colo

La irregular campaña que terminó con una nueva corona

Los albos tuvieron un arranque perfecto en el torneo de Apertura con siete triunfos y que les permitió sacar la ventaja suficiente para ser campeón.

Actualizado a
La irregular campaña que terminó con una nueva corona
JAVIER TORRES/PHOTOSPORT

Cuando se estableció un torneo corto con sólo 16 clubes, se asumía que un buen inicio en el Apertura sería clave para la disputa por el título y así lo demostró Colo Colo. Los albos tuvieron un arranque perfecto que les permitió tener un colchón suficiente para aguantar el bajón de la segunda parte, y asegurar la 31a estrella de su historia.

Los albos, con nuevos aires tras la llegada de José Luis Sierra a la banca, tuvieron un inicio simplemente arrollador con siete victorias: Unión Española (2-1), Audax Italiano (4-1), Cobresal (3-2), Iquique (1-0), Antofagasta (1-0), La Calera (3-1) y San Luis (1-0).

En esa racha los albos lograron 15 goles a favor y recibieron sólo cinco tantos, demostración de que la zaga era la base de la campaña del 'Cacique' que hacía historia.

En la tercera jornada lograron su mejor inicio en torneos cortos en ocho años y en la sexta fecha ya estaban igualando las campañas del Colo Colo campeón con Borghi en 2007 y Tapia en 2013.

A esa altura los albos llevaban cinco puntos de ventaja a su escolta, Universidad Católica, y todo parecía encaminado a un título contundente.

DOBLE TROPIEZO Y EL TORNEO SE PUSO AL ROJO

Octubre no pudo empezar de la peor manera para Colo Colo. Sufrieron su primer tropiezo ante Universidad Católica (2-1) en San Carlos de Apoquindo y a la fecha siguiente cayeron en el Monumental por 1-0 ante San Marcos.

Con esas caídas, los albos desperdiciaron su ventaja y Universidad de Concepción los alcanzó en el liderato y la UC quedaba a apenas dos unidades, en un torneo que inesperadamente se ponía al rojo vivo.

Los albos sintieron el desgaste de la Copa Chile, donde avanzaron también hasta la final, pero retomaron el rumbo con un triunfo clave sobre Huachipato 2-1 en Talcahuano, con el polémico penal que aprovechó Paredes en el final.

A esta altura los albos no lucían para nada en su juego, pero con oficio sacaban la tarea adelante. Fiel reflejo de ello fue el Superclásico del 31 de octubre, donde ganaron 2-0 a Universidad de Chile en un duelo muy bajo pero donde fueron certeros y con Villar de figura, tapando incluso un penal.

El Cacique, ya con el liderato de nuevo en el bolsillo gracias a los tropiezos de la UC y la U. de Concepción, lo volvió a pasar muy mal ante O'Higgins en la fecha 12, pero nuevamente salieron con vida por 2-1.

El receso por Eliminatorias no ayudó al plantel albo a recuperar energías y en el regreso, en la fecha 13, sufrieron su tercer revés, ante Palestino por 2-0 en el estadio Nacional.

A pesar del tropiezo, una vez más los escoltas le dieron una mano gigante: Católica empató ante la U (tras ir perdiendo 2-0) y la U. de Concepción perdió de local inesperadamente ante La Calera, para quedar prácticamente fuera de la lucha. Todo se alineaba para el título albo.

El mismo Universidad de Concepción visitó con peligrosos números a los albos en la penúltima jornada, pero un gol de Rodríguez, y otra gran actuación de Villar, les permitió mantener la distancia hasta la última jornada.

El goleador fue Esteban Paredes con seis goles, pero el bastión de esta campaña, como lo reflejan los números, fue la parte defensiva (apenas 12 goles en contra), liderado por Justo Villar.

Los albos no brillaron como en campaña anteriores, pero José Luis Sierra tuvo el mérito de darle un nuevo aire al equipo y aprovechar un inicio arrollador para entrar en la historia del club, siendo campeón como jugador y técnico.