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Claudio Rojas, ex técnico en Colo Colo

El DT chileno que apenas pudo dirigir dos meses en Palestina

Dejó el fútbol joven albo para asumir en Ahli al Khalil, de Primera División, pero se enfrentó a los dirigentes por marginar jugadores. "Mantuve mis convicciones y renuncié", afirma.

Actualizado a
Claudio Rojas dirigiendo a Ahli al Khalil de Palestina.

A comienzos de octubre, Claudio Rojas decidió cambiar su rutina en Santiago. Junto al preparador físico Gonzalo Fellay, el entrenador, de 38 años, viajó a Medio Oriente para vivir su primera experiencia a cargo de un equipo profesional, en el cuadro Ahli al Khalil, de Palestina.

"Alcancé a estar tres años en el fútbol joven de Colo Colo. Se me presentó la posibilidad y acepté el desafío. Se trataba de un equipo de primera división, que está clasificado para jugar la Asia Cup, una especie de Copa Sudamericana de allá. Encontré una realidad de un fútbol absolutamente amateur. Lo único profesional es la remuneración. Pero la dirigencia y el comportamiento de los jugadores son amateur. Los futbolistas se ausentan a entrenar. Muchos llegan atrasados también a las prácticas. Teníamos solo cinco jugadores completamente comprometidos", cuenta Rojas a AS Chile.

Pese a todo, el DT aceptó las condiciones de trabajo iniciales. "Costó bastante enrielar a los jugadores. Cuando lo estábamos logrando, luego de seis semanas, decidí sacar a tres jugadores, por bajo compromiso y por un tema de rendimiento futbolístico. Los directivos estaban de acuerdo. Se acabaron los atrasos y ya nadie faltaba a entrenar", explica.

Sin embargo, posteriormente hubo un giro inesperado y el viernes pasado el DT regresó a Chile. "Nos tocó jugar un partido del campeonato y perdimos en los descuentos por una jugada de pelota detenida. Los dirigentes se juntaron y me comunicaron que debía ir para atrás en la decisión de haber sacado a los jugadores. Tenía dos opciones: aceptar o mantener mis convicciones e irme. No acepté y presenté la renuncia, porque significaba perder todo lo que habíamos avanzado. Así como llegué amistosamente con los dirigentes, así también me fui", revela Rojas.

-Tal vez no fue una decisión apresurada haber partido a una liga a todas luces incipiente.

-No, lo valoro como una experiencia absolutamente positiva, desde todo punto de vista. El tema de la adaptación, del idioma, haber estudiado inglés en forma intensiva para comunicarme. Una gran vivencia. Sabía que primero debía hacer una labor prácticamente formativa con los jugadores y una labor de estructura administrativa con los dirigentes. Sabía a lo que iba. Los dirigentes estaban conmigo, pero al primer traspié por una pelota detenida el respaldo se resquebrajó.

-Usted residía en Hebrón, ¿cómo era la vida en la ciudad?

-A lo menos una vez por semana se producían protestas de la ciudadanía palestina y el bloqueo de la ciudad por parte del ejército israelí. Muchas veces las protestas eran de manera pacífica, pero no faltaban los exaltados que a veces agredían. Y ahí aumentaba el conflicto. Nosotros nos manteníamos bien al margen. Íbamos por otras calles a entrenar y de vuelta a la casa hacíamos lo mismo. 

-Por lo visto estaba muy dispuesto a ambientarse los más pronto posible.

-Algunos piensan que regresé, porque no me adapté a la cultura o la comida, pero no es así. La adaptación fue muy rápida y, cuando sucedían cosas relacionadas con el conflicto con Israel, nos quedábamos todo el día encerrados en la casa y no corríamos riesgos. Estábamos en un lugar muy cómodo, la comida era muy buena y la gente era muy cariñosa con nosotros. La adaptación sociocultural fue muy buena.

-¿Cómo se juega al fútbol en Palestina?

-Mira, nuestra propuesta era ofensiva. Eso no se ve allá. La mayoría juega a no perder los partidos. Equipos muy largos, que salen con pelotazos para buscar una primera o segunda jugada y definir rápido. Nosotros éramos más de juego colectivo, de juego asociado. Nuestros resultados fueron regulares. Partimos ganando, luego tuvimos dos empates y en el cuarto partido perdimos. Pero los dirigentes estaban como en una especia de desesperación resultadista. Se sentían como que tenían equipo para pelear más arriba y nosotros también. 

-¿Qué va hacer ahora: buscar otra chance en el exterior o intentará reubicarse en el fútbol local?

-Me han contactado algunos clubes de Segunda División y también del fútbol joven para seguir con mi carrera adelante. Mi primera opción personal es insertarme en el fútbol profesional. Me gustaría partir en Segunda División o Primera B, pero tengo que verlo bien para que no se repita lo que me tocó vivir en Palestina.