El adiós de Pablo Guede tras su paso por Palestino
566 días después de ser oficializado, el técnico argentino abandona el cuadro árabe para iniciar el desafío más importante de su carrera.
2 de junio del 2014. Esa es la fecha en que un desconocido Pablo Guede fue oficializado como director técnico de Palestino. 566 días después dirigió su último partido, frente a Universidad Católica por la final de la liguilla, para dar paso al desafío más importante de su carrera.
El entrenador llegó proveniente de Nueva Chicago, donde logró más del 68% de rendimiento. Ahí fue observado por Sabino Aguad, en ese entonces vicepresidente del cuadro árabe, quien lo recomendó para reemplazar a Emiliano Astorga.
"Soy obsesivo y trato de no dejar ningún detalle al azar porque creo que cuando uno más minimiza el margen de error, más cerca del triunfo está", fueron las primeras declaraciones en su llegada a Palestino, donde poco a poco se convirtió en uno de los técnicos más exitosos que ha pasado por el club.
En su primer campeonato (Apertura 2014) logró ganar la liguilla frente a un candidato Santiago Wanderers que había luchado por el título y clasificó a la primera fase de la Copa Libertadores, donde sorprendió y dejó eliminado a Nacional de Uruguay para acceder a la fase de grupos después de 36 años.
De su equipo ofensivo y protagonista en la cancha, destacaron los nombres de Paulo Díaz, hoy en Colo Colo, Leonardo Valencia, en la U, Germán Lanaro, en Católica, Marco Riquelme, su primer refuerzo y goleador del último torneo y Esteban Carvajal, alternativa de Jorge Sampaoli en la Roja, entre otros.
"Se cumplieron todos los objetivos que trazamos y me voy contento con el club, los dirigentes, jugadores y todo. Tuvimos muchos momentos buenos, pero me quedo con el cariño de la gente. Eso es lo que más me llevo", dijo tras su último encuentro.
Así, el entrenador argentino logró quedar nuevamente en puestos altos del Apertura 2015 y clasificó a Palestino a la liguilla, donde venció a la Universidad de Concepción, pero perdió la final ante Universidad Católica. Y con Palestino otra vez en la disputa de cosas importantes, el técnico parte a San Lorenzo con la ilusión permanente de un día poder cumplir su máximo sueño: dirigir al Málaga.