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El hallazgo de Guede

El hallazgo de Guede
FELIPE ZANCA/PHOTOSPORT

Lo insinuó antes, pero faltaba un gran evento para confirmar la apreciación inicial. Pablo Guede ya había dado luces de que estaba cerca de dar con la fórmula táctica en Colo Colo. Primero en el empate contra Santiago Wanderers (el equipo no jugó mal y empató injustamente) y luego ante Huachipato en la victoria por la Copa Chile (triunfo apretado solo en los últimos minutos).

En el Monumental, los albos superaron por todos lados a Universidad de Chile. Después del triunfazo, el DT del Cacique ya puede contar que halló el sistema de juego ideal y la alineación adecuada para su implementación. Hay entrenadores que pierden el cargo en esa búsqueda. Le ocurrió a Sebastián Beccacece.   

En la última línea el asunto está súper claro. El Cacique defiende con tres zagueros (Zaldivia, Barroso y Baeza), cuando el equipo se despliega en ataque. Si el panorama es desfavorable, los laterales volantes (Figueroa ó Fierro y Rodríguez) se alinean junto al trío central. Conforman una estructura de cinco elementos para custodiar la portería de Justo Villar.

No ha pasado mucho tiempo, pero qué lejos se ven los días en que el propio Guede hablaba hasta de defender con dos zagueros si el equipo era atacado por un solo delantero. Lo hizo la U con Gastón Fernández en Macul. Sin embargo, los tres de atrás se mantuvieron siempre fijos en la defensa local. ¿Sensatez o claudicación? El tema es muy debatible.

El mediocampo es el sector que Guede ha dejado abierto a cierta ductilidad táctica. En el eje central, la organización ha sido 1-2 (Pavez de "6" y Fernández y Valdés en el doble "8" ante Huachipato) ó 2-1 (Pavez y Valdés en el doble "6" y Fernández de "10" frente a la U). Todo esto con los apoyos, a centímetros de las líneas de banda, de los laterales volantes, lo que garantiza las chances de abrir la cancha permanentemente.

En esto último un detalle. La participación de los que van por afuera (Figueroa o Fierro y Rodríguez) no es tan asidua en la elaboración. Mucho tiene que ver la presencia hegemónica en el centro de Valdés y Fernández. El chileno antes fue "10" y el argentino oscila entre este puesto y el de "8", por lo que monopolizan el balón. Entonces, solo optan por el juego transversal (hacia los laterales volantes) cuando la presión es intensa.    

Respecto del ataque, el microesquema no se movió mucho. Guede partió con un doble "9" y desde allí no se ha movido. En el inicio, cuando intentó con el sistema de juego 1-4-3-1-2, Paredes y Rivero se vislumbraban como fijos. Tras ocho fechas, la perspectiva es idéntica.

Ambos se complementan bien. El zurdo es más estacionario, le gusta estar frente al arco y, cuando no, echarse unos metros atrás para interactuar con los volantes. Por su parte, el uruguayo destaca por movilidad permanente. Además, le gusta aparecer por los costados del área penal y tiene un gran despliegue.  

El paso evolutivo más significativo ocurrió en este sector. No fue en lo relativo a la funcionalidad de la dupla Paredes-Rivero, pues se mantiene en su reparto de tareas y misiones. Ahora, Colo Colo ataca con cuatro. Lo hace con dos "9" y también con un "7" (Figueroa o Fierro) y un "11" (Rodríguez). Hay fuerte y peligrosa presencia en el eje del ataque (centrodelantero bis) y amplitud con dos aleros siempre bien abiertos.

La línea ofensiva de Guede es asistida por Fernández y Valdés. Esto garantiza habilitaciones en corto gracias al primero y juego mediante trazos largos a través del segundo. Así fue contra la U, que se mantuvo con cuatro atrás. En igualdad numérica en la interacción atacantes-defensores, la visita no tuvo respuestas defensivas para neutralizar el ataque ancho y profundo de Colo Colo.