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Cauas

Sub 20: Excesiva zona de confort

Actualizado a
Sub 20: Excesiva zona de confort
José JácomeEFE

Desde el coaching psicológico, se habla mucho de las distintas zonas en las que se mueven habitualmente las personas. Hablamos de la zona de confort cuando las personas se movilizan en un entorno cómodo, conocido (sea bueno o malo) y tienden a permanecer ahí sin salir mayormente a desarrollar nuevas habilidades o nuevas acciones.

Hablamos de zona de aprendizaje cuando efectivamente las personas salen de la zona de confort en la búsqueda de nuevos conocimientos, nuevas acciones y nuevos resultados. Pero muchas veces, el salir a esta zona de aprendizaje trae temores, dudas, bajas expectativas de autoeficacia y termina constituyéndose en una zona de pánico y no una zona positiva que permita al ser humano crear, imaginar y desarrollar resultados distintos y positivos.

¿Qué característica transversal puede influir positivamente salir de la zona de confort? La inteligencia emocional. Más que ser un índice de coeficiente cognitivo, es una habilidad (porque claramente es una característica que puede desarrollarse y aprenderse) para poder entender la situación actual, establecer el objetivo personal (situación ideal o futura) y construir un plan de acción idóneo para cumplirlo.

Y hoy, a propósito de lo sucedió con la Sub 20, es necesario señalar la importancia fundamental de trabajar en torno a esta línea. No solamente los jugadores deben desarrollar habilidades para no quedarse con lo que tienen (zona de confort): hay que guiarlos a salir en la búsqueda de nuevos desafíos, nuevos logros (zona de aprendizaje).

Pero todo esto debe darse ya, de quiénes lideran el proceso deportivo. Aquellos que directamente transmiten y motivan a diario a los jugadores.

Ejemplos de zonas de confort para estos casos son muchas. “Los jugadores vienen de entornos sociales complejos”; “la altura pudo habernos afectado”; “son chicos que aún están en su etapa formativa”; “el fútbol se juega a 1000 revoluciones, (excusa para justificar expulsiones) es parte de la zona de confort.

Y hay más. “Pedirle a un compañero que haga tiempo”; “los árbitros le tienen mala a Chile”. Todas ellas son ideas explicativas (justificativas) y no generativas, es decir, no generan cambios necesarios.

Así resulta fundamental que desde el grupo técnico que está detrás de un grupo de jugadores comprenda la importancia de trabajar decididamente el factor emocional. Manejar y controlar cada una de estas situaciones, es parte de la zona de aprendizaje. Esto es fundamental en la creación de equipos de trabajo. Crear y desarrollar entornos favorables en las habilidades emocionales es el desafío a futuro.

Empoderar a los cuerpos técnicos en habilidades emocionales es aumentar la probabilidad de que, en los momentos de alta tensión, la ansiedad no supere a la tensión creativa. Ello permitirá resolver los desafíos que imponen la competencia y el alto rendimiento, y no los problemas que se generan en el camino.