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Hernández

Ciclo cumplido

Actualizado a
Ciclo cumplido
IAN KINGTONAFP

Mientras Arturo Vidal vive uno de sus momentos más dulces en Europa y está junto al Bayern Munich en cuartos de final de la Champions League, Alexis Sánchez figura en el ojo del huracán y copa portadas en los medios ingleses por su divorcio con Arsene Wenger y su presunto interés por marcharse del Arsenal.

El tocopillano lo pasa mal en Londres. Está en boca de todos. Ex jugadores del Arsenal, colegas y técnicos dividen opiniones sobre sus actuaciones, el destino de su carrera e incluso acerca de su comportamiento en las últimas semanas. Este jueves, el técnico del QPR, Ian Holloway lo calificó como “un cerdo egoísta” por su actitud y cómo se enoja al ser reemplazado. Un agravio completamente desproporcionado.

Antes de lapidar a Alexis o empezar a buscarle club habría que preguntarse dónde recae la responsabilidad mayor de la pobre campaña de los Gunners en la liga inglesa y el descalabro de la Champions. No es muy difícil hallar la respuesta: Arsene Wenger, quien armó el plantel y semana a semana para los equipos en la cancha. Poner el foco en el delantero chileno que hasta hace pocos días era el máximo artillero de la Premier es un despropósito. ¿Acaso van a condenar a AS7 por aletear cuando el equipo no presiona arriba o por poner cara larga en un cambio? No jodamos. Varios de los mejores equipos del mundo están preguntando precio por él.

No se trata de victimizar a Sánchez ni transformarlo en un intocable. Si Alexis cree que hay que apurar la salida del equipo rival y su técnico y compañeros no, algo anda mal. Y no es que AS7 sea díscolo o extremadamente individualista, simplemente es un jugador de elite que tanto en el Barcelona como en la Roja aprendió a ir a buscar los partidos y, por lo general, a ganar. Si su impronta, su forma de entender el fútbol constituyen un problema debiera ser Wenger quien maneje la situación y canalice en beneficio del equipo. ¿Se amurró en un entrenamiento por una entrada fuerte? ¡A quién no le ha pasado!

Alexis hizo bien en ir al Arsenal. Pese a jugar mejor que Neymar en su última etapa en el Barcelona desde el minuto en que el club catalán pagó un platal al Santos y el Tata Martino definió al brasileño como uno de los cinco mejores delanteros del mundo, la suerte de Sánchez estaba echada. Más aún cuando se activó la compra de Suarez. El Barca hizo caja con Alexis para contratar al ariete uruguayo.

En Londres, el niño maravilla volvió a sentirse importante. Nunca en los últimos años el club vendió tantas camisetas como con Alexis quien respondió con entrega, regates y goles: 16 en la primera temporada, 13 el año anterior y 17 en la actual campaña. Hoy figura a dos tantos de Harry Kane del Tottenham, líder de la estadística, y los hinchas claman porque extienda su contrato y permanezca en el club. Si los fanáticos del Arsenal tuvieran que optar entre Wenger y Sánchez, el tocopillano ganaría por goleada.

Todas las señales apuntan a que la relación entre el técnico y el delantero se enfrió como un témpano. Y nada hace presagiar que el Arsenal remecerá el mercado para reforzarse y convencer a Alexis con hechos concretos para que se quede. No quepa duda que si los Gunners tuvieran un equipo más solvente, capaz de pelear en serio la liga Premier y ser competitivos en la Champions, AS7 se quedaría feliz. Hoy todo es incertidumbre.

Llegó la hora que Alexis haga sus maletas y se planté volver a Italia, ir al Atlético de Madrid, PSG o un grande de Europa que le ofrezca el protagonismo que el Arsenal no está teniendo. En la capital inglesa, Alexis se revalorizó, mostró sus credenciales, fue el referente de un equipo con historia, pero ganó poco y nada. Lamentablemente, el club le quedó chico. Sánchez, el mejor jugador de la Copa América Centenario, mantiene intacta su mentalidad ganadora y necesita jugar en un equipo que vaya por objetivos mayores. En el Arsenal su ciclo está cumplido. Debe marcharse. Corta.