ADN RadioConcierto Radio
NewslettersRegístrateAPP
españaESPAÑAchileCHILEcolombiaCOLOMBIAusaUSAméxicoMÉXICOusa latinoUSA LATINOaméricaAMÉRICA
Actualizado a

Pablo Guede habló de sapos. No se refería al anfibio. No hablaba del batracio ni del anuro. Tampoco de la rana, el renacuajo o el urodelo. No señor. El técnico de Colo Colo, después de vencer a la Universidad de Concepción por 3-0 y recuperar la cima del torneo en exclusiva, se refería a los espías internos que habría en el club y que buscan remar para el otro lado de la corriente. Según palabras del ex delantero del Málaga, los sapos son personas que quieren desestabilizar su trabajo y la institución por completo.

No puede pasar inadvertida la acusación del entrenador. Guede hace algo que comúnmente los técnicos no realizan: dice lo que piensa y eso se agradece. Uno puede compartir o no sus postulados, pero los plantea. Enhorabuena. Es el inicio saludable para cualquier debate.

Guede realiza otro ejercicio que comúnmente no ocurre. No lanza sus dardos solamente hacia la prensa. En la confabulación que sostiene, el técnico plantea que los medios son un vehículo de comunicación de informaciones. Sabe Guede, porque lleva años en el fútbol desde diferentes veredas, que las noticias que aparecen en los medios no son inventos de un periodista, no provienen de la mente afiebrada de un tipo que se sienta detrás de un teclado o de un micrófono con la misión de inventar, crear, tramar, urdir, concebir informaciones de la nada. Entiende el ex DT de Nueva Chicago y San Lorenzo, que esos datos provienen de alguna parte y que si uno siguiera ese hilo llegaría a la interna del club. Guede y cualquier persona tienen toda la razón en molestarse cuando en los medios de comunicación aparecen noticias que no son ciertas. Y tiene todo el derecho de criticar esa metodología de trabajo que a ratos confía a ciegas en las fuentes de información, sin contrastar las versiones con el resto de los involucrados. La molestia exhibida por El Topo (así le decían en Argentina cuando jugaba de 9), tiene que ver con eso. Con el ruido interno, con el fuego amigo, con la guerra civil que se vive permanentemente en Colo Colo por una razón bien sencilla: en un país como éste, controlar al Cacique te da poder. Poder de verdad.

Aunque algunos no lo crean, los periodistas no nos reunimos en la mañana y coordinamos la forma de liquidar a un club o jugador determinado. Muchas veces se liquidan ellos mismos. Siempre hay alguien que te dice algo. Siempre hay alguien que filtra la reunión secreta. Labor nuestra es chequear si su historia es fidedigna. Y muchas veces fallamos en eso.

He criticado varios aspectos de Pablo Guede que me han parecido cuestionables. Su trato. Su delirio de persecución. Su forma de sacar del club a gente valiosa. Su método para incluir a profesionales con escaso mérito técnico. Su conducta de hacer su voluntad dentro de un club donde no lleva tanto tiempo. Pero Guede sabe de fútbol. Sabe lo que ocurre adentro (lo más importante) y también sabe cómo se mueven las piezas fuera del rectángulo verde.