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PORTUGAL

Las claves del peligroso juego de Portugal en la Copa Confederaciones

El rival de Chile en semis de la Confederaciones exhibe conductas de juego claramente definidas. "Hacer fútbol espectáculo no me importa", dijo el DT Santos.

Actualizado a
Las claves del peligroso juego de Portugal en la Copa Confederaciones
MEXSPORT/PHOTOSPORT

En la antesala del duelo de Chile contra Portugal, por semifinales de la Copa Confederaciones, el discurso en torno al curso que puede adquirir el partido se ha concentrado ineludiblemente en la figura de Cristiano Ronaldo. Es un jugador determinante, que puede modificar el trámite de los acontecimientos. No sorprende entonces que las miradas converjan en el astro del Real Madrid.

Sin embargo, Portugal es mucho más que los goles y el poder de juego del atacante lusitano. El cuadro ibérico está lejos del juego de toque y con contenido estético que se perfila como una tendencia táctica relevante en Europa. España, Alemania y Francia, por ejemplo, transitan en esa línea. Lo del próximo rival de la Roja es una cosa distinta.

"No sé lo que es fútbol espectáculo. Sé el fútbol que me gusta. Hacer fútbol espectáculo no me importa si no soy campeón de Europa", dijo el DT Fernando Santos antes vencer por 1-0 al local Rusia en el segundo partido de su escuadra en el torneo. Habían igualado 2-2 contra México y cerraron la participación en la primera fase con un 4-0 a Nueva Zelanda.

Presión en campo propio

Portugal cede el balón, la iniciativa y el terreno a su rival. No es una selección de ubicarse bien adelante en el campo de juego para defender. Ni hablar de recuperar el balón tras la pérdida de este. Tampoco en la zona próxima donde ha cedido la pelota. Lo suyo es, en esta fase del juego, retroceder a su campo, esperar allí y, en sus primeros 25 metros de cancha, intentar hacerse nuevamente del esférico (Reagrupamiento defensivo).

Emplea el sistema de juego 4-4-2. Las líneas de defensores y volantes actúan muy juntas, brindando mínimo espacio entre ambas para el accionar oponente. De los dos delanteros, uno de ellos desciendes algunos metros, respecto de su compañero en ofensiva, para colaborar con los mediocampistas en la recuperación.

Los espacios entre los jugadores lusitanos a lo ancho del campo de juego son mínimos. Por lo tanto, defensas y volantes se mueven transversalmente como una gran unidad, liberando las zonas contrarias a la ubicación del balón. Generan superioridades numéricas y posicionales, achicando al máximo los espacios, para no poner en riesgo la portería defendida por Rui Patricio.  

La organización de juego defensiva es en zona. En el repertorio de los lusos no existen las marcaciones individuales con el balón en movimiento. Cada hombre tiene asignado un sector en el dispositivo y la acción contra el oponente en la zona es a full, pues la cobertura se encuentra garantizada por el movimiento orgánico de todos los otros integrantes.

Ataque fulminante

La selección que lidera Cristiano Ronaldo no tiene como leit motiv ofensivo la tenencia del balón. Es un equipo de salidas rápidas y a fondo en busca del arco oponente (Contraataque). Las secuencias de pases son acotadas y en trazos largos, aprovechando el espacio a la espalda de los zagueros rivales, para buscar al hombre del Real Madrid y a uno de los sus acompañantes (Nani o Andrés Silva).

Si el avance no logra profundidad ofensiva por el eje de la cancha, el accionar de Portugal se vuelca hacia los costados (principios de juego ofensivos Amplitud y Atacar por las puntas). En la línea de cuatros de mediocampistas, los externos son los que poseen mejor manejo del balón. Quaresma y puntualmente Bernardo Silva amplían los segundos de posesión para situar a un hombre en la orilla en condiciones de enviar el centro.

Este recurso es una de las armas más peligrosos de los lusos. Los envíos desde las puntas tienen como destino predilecto a Cristiano Ronaldo. El '7' del Real Madrid se impone por ubicación y despegue del suelo y, en el contacto con la pelota, el impacto es potente y bien dirigido. Como en el gol del triunfo frente a Rusia, en el segundo duelo de Portugal en la Copa Confederaciones.

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