De Cerrillos a El Tabo: las vacaciones inclusivas son una realidad en Chile

El verano es sinónimo de descanso y alegría, y en Pequeño Cottolengo Cerrillos también es una temporada para reafirmar el compromiso con la inclusión y la calidad de vida. Desde enero, los residentes de la Ciudad Inclusiva ubicada en Cerrillos disfrutan de sus vacaciones en la residencia de El Tabo y en el sur de nuestro país, en espacios especialmente adaptados para responder a sus necesidades físicas, emocionales y sociales.

Estudios desarrollados por la Organización Mundial de la Salud (OMS) destacan que las actividades recreativas pueden mejorar en un 40% el bienestar emocional y en un 25% las habilidades sociales de las personas con discapacidad, por lo que estas vacaciones no solo ofrecen momentos de alegría, sino que también son una herramienta para fortalecer la autonomía, la integración y el sentido de pertenencia de los residentes.

La residencia en El Tabo, situada a pocos metros de la playa, cuenta con rampas de acceso, espacios amplios y sillas de ruedas especiales para arena, asimismo, el lugar ofrece todo lo necesario, desde la ropa de cama hasta sombrillas y otros elementos esenciales para que todos los residentes disfruten plenamente del entorno y las actividades recreativas que se preparan para ellos.

Un equipo de profesionales al servicio del bienestar

Gracias al Modelo de Gestión Integral de la Fundación (GESIN) que guía cada una de sus acciones. e integra las áreas de salud, rehabilitación, educación, desarrollo social, entre otras, es posibles garantizar que cada actividad sea segura y contribuya al bienestar integral de los residentes.

Desde la llegada, el equipo de profesionales se asegura de que el lugar esté limpio, sanitizado y listo para recibir a los residentes y para mayor seguridad, cada grupo está acompañado de auxiliares de trato directo y enfermeros para la administración de medicamentos y atención de urgencias, mientras que los residentes con dificultades respiratorias reciben el apoyo de kinesiólogos respiratorios.

En cuanto a la alimentación, el equipo de cocina planifica un menú semanal adaptado a las necesidades nutricionales de cada residente, mientras que las compras y suministros de aseo son gestionados con antelación para garantizar que todo esté disponible durante la estancia de los residentes.

Un desafío que crece cada año

Este verano, más de 160 residentes de Pequeño Cottolengo disfrutan de unas vacaciones inclusivas, un 20% más de participantes que en 2024, incluyendo un grupo de residentes que, gracias a su condición de salud, pudo viajar al sur del país para disfrutar de un entorno diferente.

“Brindar a nuestros residentes la oportunidad de disfrutar de unas vacaciones adaptadas no solo les permite vivir momentos de felicidad y entretenimiento, sino que también contribuye a su bienestar emocional y desarrollo integral, además de poder integrarse a la sociedad. Cada año nos estamos esforzando por incorporar a más residentes a este lindo paseo, y este verano vamos a agregar a varios que están postrados para que se sumen a esta maravillosa experiencia con todos los cuidados que ellos necesitan”, señaló Cristián Glenz, director ejecutivo de Pequeño Cottolengo.

¡Fomentando la inclusión Social y Bienestar!

Desde Pequeño Cottolengo ofrecen algunos consejos para fomentar la inclusión este verano, con actividades recreativas que sean para todos.

1. Diseña espacios accesibles: Garantiza que el lugar cuente con rampas, áreas amplias y señalizaciones claras para personas con movilidad reducida o discapacidad sensorial. Pequeños ajustes pueden marcar una gran diferencia para muchas personas.

2. Comunicación con empatía: Escucha activamente y respeta las preferencias de cada persona. Antes de ofrecer ayuda, pregunta cómo puedes colaborar de la mejor manera.

3. Diversión sin barreras: Diseña actividades que permitan la participación de todos, adaptándolas según sea necesario para incluir a personas con diferentes habilidades. La creatividad es clave.

4. Celebra la diversidad: Crea un ambiente donde todos se sientan bienvenidos, valorados y parte del grupo. Reconocer y respetar las diferencias enriquece la experiencia para todos.

5. Involucra a la comunidad: Invita a personas de distintos entornos y fomenta un espíritu de colaboración e inclusión. Juntos es más fácil construir espacios inclusivos.

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