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Entró a Estados Unidos con visa Waiver, trabajó 11 años y la deportaron a Chile: “Gracias a Dios estoy con mi familia”

“Voy caminado al auto y escucho mi nombre, salen tres oficiales, tres autos. Me preguntaron por mi identificación...”, contó Catalina Torres.

Entró a Estados Unidos con visa Waiver, trabajó 11 años y la deportaron a Chile: “Gracias a Dios estoy con mi familia”
Víctor Maldonado
Periodista en las secciones de Fútbol y Más Deporte. Referente a la última, tiene un especial fanatismo por el tenis. Entró a Diario AS en 2019 a realizar su práctica profesional. Dos años más tarde se integró de manera estable a la redacción del sitio. Es titulado de Periodismo con Mención en Comunicación Digital por la Universidad Finis Terrae.
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Catalina Torres, una chilena que residía desde hace más de una década en Estados Unidos, fue deportada a nuestro país luego de ser detenida por autoridades migratorias tras una denuncia anónima que alertó sobre su situación irregular en Norteamérica.

La joven vivía en Virginia, donde, según sus dichos, había logrado integrarse: trabajaba legalmente, pagaba impuestos, tenía licencia de conducir y cuentas bancarias. Sin embargo, en los últimos meses había perdido su estatus migratorio, lo que derivó en una orden de detención.

El arresto ocurrió el 20 de marzo mientras se dirigía a su trabajo. “Voy caminado al carro y escucho mi nombre, salen tres oficiales, tres carros. Me preguntaron por mi identificación, les di mi licencia de conducir, mi identificación, pasaporte”, declaró a Mucho Gusto.

“Me dijeron, nosotros sinceramente pedimos perdón por tener que hacer esto… en ningún momento te hubiésemos detenido, si te hubiésemos visto en la calle, pero recibiendo una llamada así —de denuncia—, tenemos que tomar acción”, agregó.

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Fue trasladada a un centro de detención en Baltimore, donde permaneció durante tres meses. Relató haber sufrido malos tratos por parte del personal y señaló que su manejo del inglés fue crucial para defenderse en ese entorno hostil.

Ya en Chile, Catalina agradeció el apoyo de su familia, clave para afrontar el impacto emocional de su repentina deportación. “Gracias a Dios he recibido el trato de mi familia que me ha hecho sentir mucho más tranquila, con amor y tratando de asimilar que todo esto es realidad”, finalizó.

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