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“Estudié cuatro horas diarias por tres meses; el Instituto Nacional siempre será el mejor colegio de Chile”
Gustavo Marcos, estudió en el Instituto Nacional y obtuvo puntaje nacional en la prueba de competencia matemática.
Esta semana se dieron a conocer los resultados de la Prueba de Acceso a la Educación Superior (PAES), rendida por estudiantes egresados en 2024. Entre ellos, Gustavo Marcos, oriundo de La Pintana y exalumno del Instituto Nacional, logró el máximo puntaje en la prueba de Matemática, alcanzando los mil puntos.
El exinstitutano destacó su seguridad al rendir el examen. “Cuando terminé la prueba yo dije: saqué mil puntos. Tenía dudas en dos, las revisé y las tenía buenas”, comentó en una entrevista con The Clinic.
La preparación detrás del logro
Según su madre, Gloria Fuentealba, la sólida formación del Instituto Nacional fue clave en su preparación. “Ese apoyo fue fundamental. Los colegios tienen que tener opciones para potenciar lo que a los alumnos les guste”, afirmó, resaltando las horas extra dedicadas a la academia de matemáticas del establecimiento.
Por su parte, Gustavo detalló su rutina de estudio intensivo en los meses previos a la PAES: “Los últimos 3 meses estudié 4 horas al día todos los días. Veía los videos de puntaje nacional y me hacía resúmenes”. Además, desde tercero medio estuvo inscrito en el preuniversitario Pedro de Valdivia, institución que mantiene un convenio con su liceo.
El esfuerzo y apoyo familiar, pilares del éxito
Otro factor clave en su éxito fue el apoyo de su padre, economista de profesión, quien contribuyó significativamente en su proceso académico. “Me dejaba material de reforzamiento: libros, cuadernos de ensayo y más material de estudio”, explicó Gustavo.
A pesar de vivir en La Pintana y enfrentar recorridos diarios de más de una hora hacia el Instituto Nacional, el estudiante logró destacarse en matemáticas. Desde séptimo básico participó anualmente en las Olimpiadas Nacionales de Matemática, obteniendo varias medallas.
Para su familia, vivir en La Pintana fue una decisión consciente del padre, quien creció en la comuna y decidió criar a sus hijos en el mismo lugar. Aunque los largos trayectos fueron desafiantes, Gloria Fuentealba ve la comunidad con optimismo, destacando el apoyo de los vecinos y cómo este entorno contribuyó al desarrollo de sus hijos.