“Me pegaron y ahorcaron con un cinturón”: habló la víctima de violación grupal en Cobreloa

En octubre del año pasado, un duro testimonio sacudió a Cobreloa. Una joven, de iniciales V.J.N.V., denunció haber sido violada por un grupo de jugadores de las series menores del cuadro loíno. El delito, que ocurrió en 2021 cuando ella tenía 18 años, lo habrían perpetrado entre ocho a diez futbolistas en la Casa Naranja.

En ese momento, El Mercurio recogió declaraciones de la víctima, quien señaló que su familia no le había creído y que, incluso, intentó suicidarse. “La PDI influyó mucho, porque me decían que como eran figuras públicas, tenían mejores abogados que yo, y que era poco probable que yo ganara”, señaló en esa ocasión. Ahora, Canal 13 entrevistó en profundidad a la afectada.

“Me pegaron cachetadas, me pegaron con un cinturón, me ahorcaron con ese mismo cinturón. Eran bastante violentos”, fue lo primero que recordó, para luego realizar una cronología del condenable episodio. “Yo llegué a esa casa como a las 22.30 horas, me invitó un amigo que yo tenía en ese tiempo, porque era 18 de septiembre y se trataba de un asado”, declaró.

Según dijo, pese a ser un recinto deportivo, los jugadores consumieron alcohol, marihuana y cocaína. Ella asume que también lo hizo. Luego, habría acordado con uno de ellos acudir al baño para tener relaciones sexuales, pero se encontró con que había dos personas más: “Ahí intento salir del baño, pero me toman de los brazos y me llevan a una pieza. Ahí habían más personas. Yo estaba shockeada, por eso no hice nada”.

Finalmente, reveló que mientras se cometía la violación, los propios futbolistas realizaron una videollamada: “Me mostraban (por la cámara) y decían ‘mira como tenemos a esta mina’ y se reían. Me sentía mal, me sentía sucia, pero yo decía que si me dejaba iba a ser más rápido. Si me oponía podían hacer algo peor”.

Se reabrió el caso

En vista de los antecedentes, el fiscal regional de Antofagasta ordenó reabrir el caso. Además, mandó a efectuar una investigación administrativa para saber si existió alguna irregularidad en el Ministerio Público local. En su momento, pese a los “signos físicos sugerentes de violencia sexual flagrante” que reveló el informe médico, la denuncia quedó en nada.

Así lo señaló María Elena Saavedra, madre de un exjugador de cadetes de Cobreloa que se contactó con dirigentes del fútbol y diputados para denunciar esta situación. De no ser por ella, la investigación no habría avanzado.