Se cambió el apellido por uno de una multimillonaria dinastía europea, pero todo era una estafa: así era el mecanismo de su engaño

Claudia Carolina Rotchild, anteriormente conocida como Claudia Grimaldi, ha sido denunciada por múltiples casos de estafa en Chile, donde su cambio de apellido oculta una turbio pasado y denuncias que hasta hoy siguen vigentes.

Un reportaje de TVN deja al descubierto que sólo en el Sernac acumula 46 reclamos y que tiene un patrón sistemático de incumplimientos. Pero eso no es todo. Este cambio de identidad fue parte de un plan para asociarse a una familia de la realeza europea.

Manipulación de Identidad

Claudia Grimaldi cambió legalmente su apellido en 2014 para fortalecer su imagen como parte de la poderosa familia Rothschild, pero también inventó una historia sobre su pasado, asegurando que su familia fundó Israel y que ella fue heredera de una viña histórica.

Se presenta como una empresaria minera, ingeniera civil, y estudiante de leyes en Harvard, entre otras identidades. Además, ha afirmado ser heredera de la viña Varón Rothschild, un detalle que refuerza su imagen de poder y dinero.

Mecanismo de engaños en los negocio

Inicialmente, se dedicó a la compraventa de vehículos y decoración de interiores a través de las empresas Malca Motors y Malca Decor. En sus primeros negocios, cumplió con algunas transacciones menores, pero rápidamente surgieron problemas al involucrarse en operaciones más grandes.

Acusada de no entregar productos y servicios ya pagados, Claudia cambió de rubro constantemente, pasando del automotriz a la decoración y luego a la minería, evadiendo responsabilidades al cerrar empresas y fundar otras nuevas. Un patrón común fue el uso de cheques sin fondos, lo que dejó a muchos proveedores y clientes con deudas impagas.

Decenas exigen justicia hasta hoy

Claudia Rotchild acumula un extenso historial de causas judiciales en su contra, incluyendo denuncias civiles, penales y laborales. El Sernac ha recibido 46 reclamos relacionados con sus empresas entre 2016 y 2022, reflejando un patrón de incumplimientos sistemáticos.