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Se fue a trabajar a Nueva Zelanda y explica la gran diferencia con Chile: “Nunca más volví a vivir a crédito”
Hoy trabaja como oficial de compras en una farmacéutica, con un sueldo promedio de tres millones de pesos chilenos.
Marcela Céspedes, una chilena radicada en Nueva Zelanta, contó en BioBioChile su experiencia y las ventajas de vivir en el país de Oceanía, que esta semana abre las postulaciones para jóvenes de 18 y 35 años que quieran ir a trabajar y estudiar por un año.
Entre los aspectos que destaca, menciona que oficios como gasfiter, albañil o electricista son altamente valorados, sin importar la profesión. “Aquí no importa si eres abogado o arquitecto, todos somos iguales”.
Además, Marcela señala que no es necesario validar el título profesional para avanzar en el mercado laboral. “Nunca tuve que apostillar mi título, saben que soy ingeniera, pero nunca me lo han pedido”, dice.
Esta flexibilidad laboral ha permitido a Marcela ascender rápidamente, y hoy trabaja como oficial de compras en una farmacéutica, con un sueldo promedio de tres millones de pesos chilenos. “Ahora no paso apuro económico, o sea, nunca más volví a vivir a crédito como en Chile”.
Adaptarse a la vida en Nueva Zelanda y el primer trabajo
Sobre el proceso de adaptación, Marcela confiesa que uno de los mayores retos fue el idioma. Aunque hablaba inglés, el acento neozelandés y sus modismos fueron un desafío. “Pensé que sabía inglés”, cuenta entre risas. Su primer trabajo fue cuidando a los hijos de una familia, quienes se preocupaban de respetar estrictamente sus horas de trabajo, algo que la sorprendió positivamente.
Otro aspecto que destaca es el equilibrio entre trabajo y vida personal. “Aquí, a las cinco de la tarde salgo y nadie me llama el fin de semana”, dice.
Dificultades y retos en Nueva Zelanda
Aunque su experiencia ha sido en su mayoría positiva, Marcela reconoce que hay retos. El endurecimiento de las políticas migratorias desde 2024, debido a la “migración neta insostenible”, ha dificultado la obtención de visas para trabajadores extranjeros. Además, conseguir vivienda se ha vuelto complicado, ya que en 2023 llegaron 173.000 inmigrantes.
Finalmente, Marcela advierte sobre la imagen idealizada que se presenta en redes sociales como TikTok, donde se muestran trabajos con altas remuneraciones que no reflejan la realidad de la mayoría de los migrantes.