En junio del 2013, como muchas otras veces en ese año, Christian Garín y Nicolás Jarry se toparon en París. Ambos formaban parte del cuadro principal de Roland Garros juniors, uno de los torneos más importantes de la categoría y que en 1998 había sido ganado por Fernando González.
La semana en Francia sería dispar para ambas promesas. Jarry quedó en el camino en la primera ronda, mientras que Garín, con triunfos en el camino al actual 61 del mundo Borna Coric y en la final al alemán Alexander Zverev se coronó campeón, llenaría portadas y volvería a Chile como una estrella. Desde que fuera campeón del mundo a los 14 años, ya lo era.
A comienzos de este año siguió el progreso. Jarry logró su triunfo más importante llegando a octavos de final del ATP de Quito y se inscribió como Top 200. El jugador de 1,98 metros ya es visto como uno de los grandes proyectos para el recambio del circuito. "Tiene un juego que no es común, ni latinoamericano", afirma su técnico Martín Rodríguez. "Sólo Del Potro juega como él acá " dijo en La Tercera, el No. 1 peruano Duilio Beretta.