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Campeón del Torneo de Apertura

La clave táctica de Colo Colo: un sistema de juego intransable

José Luis Sierra se mantuvo fiel al 4-2-1-3 más allá de los hombres alineados. Así no sorprendió ver a Humberto Suazo de puntero derecho, lo que desagradó a Chupete.

Actualizado a
La formación de Colo Colo frente a Palestino en el Nacional.
ANDRES PIÑAPHOTOSPORT

Costó, pero al final Colo Colo terminó conquistando el título 31 y agregó otro logro a su rico palmarés. Universidad Católica pujó contra los albos en la recta final del Apertura y, a la postre, el campeón fue más regular, evidenciando una peculiaridad táctica que fue relevante en el éxito alcanzado.

Fiel a una filosofía de juego que desarrolló extensamente en sus cinco años al mando de Unión Española, José Luis Sierra fue en contra de lo que pregonan los más acérrimos aforismos futboleros. En la campaña hacia el título, el DT siempre puso el sistema de juego (1-4-2-1-3) por sobre los hombres que integraron el plantel colocolino.

Hubo un momento crítico, pero el Coto no se movió ni un ápice de su predicamento. ¿Dondé ubicar a Humberto Suazo si la presencia goleadora de Esteban Paredes era innegociable?, parecía preguntarse el mundo albo. Pero el entrenador mantuvo el sistema (por los hechos vistos, parece que nunca se le pasó por la cabeza alinear a dos centrodelanteros) y Chupete fue relegado como puntero derecho, tras una poco eficaz incursión como volante ofensivo.

Cuando se produjo la salida de Suazo desde el Monumental, una de las razones que se entregaban de la molestia del goleador que desencadenó el conflicto tenía que ver con su confinación a la punta derecha. Por mucho que el perjudicado fuese uno de los último ídolos del club, para el DT el sistema no se debía mover.

También, la presencia de Martín Rodríguez (volante creativo) y Andrés Vilches (centroatacante) actuando por las bandas es otra muestra palpable de lo anterior.

Tal vez, Sierra pudo intentar con el mediocampista ofensivo en lugar se Emiliano Vecchio, pero no: se mantuvo fiel a su jugador fetiche, desde los tiempos de Unión Española. Con Vilches también podría haber innovado, por Paredes en el eje del ataque, y aconteció lo mismo: el zurdo, cuando estuvo sano, siempre fue titular.

Mérito total del Coto en todos estos casos. Los resultados lo avalan, mantuvo irrestricta consecuencia con su modelo de juego, que se nutre en esencia del sistema táctico, y terminó festejando en el Monumental.   

Dura caída en San Carlos de Apoquindo

El único matiz que se pudo apreciar en la pétrea línea táctica de Sierra aconteció en la derrota por 2-1 ante Universidad Católica, en San Carlos de Apoquindo. Pero solo fue una tenue variante y tuvo que ver con la organización en la mitad de la cancha. 

Jaime Valdés estaba en la banca, a raíz de una lesión muscular. Entonces, Sierra alineó a Esteban Pavez como único volante central. Por la derecha y más adelantado actuó Rodríguez y Vecchio fue el otro volante creativo, en el sector izquierdo. Es decir, la matriz 2-1 en el mediocampo mutó a un 1-2. Sin tocar, por supuesto, las otras líneas del equipo.

Los albos fueron ampliamente superados en la cancha por el equipo de Mario Salas. Con justicia caían por 1-0, pero cuando ingresó Valdés mejoraron su funcionamiento y consiguieron el empate. Sucedió en el ocaso del duelo, por una obra maestra de Pajarito.

Fue la única excepción y el resultado no acompañó al Coto. Los cruzados marcaron segundos después del empate, festejaron como locos ante los colocolinos, quienes se habían quedado con un jugador menos por la expulsión de Pavez. Por lo visto, la caída no hizo más que reafirmar su convicción de Sierra respecto del sistema de juego, coherencia que a la postre lo encaminó merecidamente hacia el título.