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Final de Copa Chile

El partido más emotivo que vivió Martín Lasarte con la U

El DT sabía que era la chance de dejar la banca azul con un título y sufrió el duelo con una emotividad pocas veces vista en su paso por el club.

La serenaActualizado a
El partido más emotivo que vivió Martín Lasarte con la U

Como pocas veces, el foco de atención en una final estaba puesta en la banca. Se sabía que Martín Lasarte dirigía su último gran desafío en Universidad de Chile, con la posibilidad de dejar la banca con una copa, y el uruguayo vivió el encuentro con una emotividad absoluta y se encargó de manejar los tiempos incluso horas antes de la final de Copa Chile ante Colo Colo. 

El partido más emotivo que vivió Martín Lasarte con la U

"La charla se hizo más complicada de lo normal y no la pude terminar bien, me emocioné", confesó el entrenador de la U tras el duelo, reconociendo que traspasó esa carga emotiva a sus dirigidos para tomarse revancha del archirrival, que hace apenas un mes lo había derrotado en el Monumental. 

A los 10', Lasarte comenzó a vivir el partido como correspondía. En ese minuto el técnico se paró por primera vez a dar instrucciones, justo cuando Villar le sacó de manera brillante un cabezazo a Rubio, el primer aviso del partido en La Portada. De ahí en más, vivió el partido con la pasión de un jugador más. De hecho, a los 27' Osorio, el cuarto árbitro, le dio una advertencia por reclamar de forma airada y el DT reconoció su error. 

Quizá uno de sus momentos más emotivos en la banca azul fue cuando Corujo metió el derechazo a los 24 minutos para abrir la cuenta y tras celebrar con sus compañeros detrás del arco sur, junto a la barra, se dirigió al borde de la banca para saludarlo y dedicarle su tanto. 

Tras el gol de Corujo, la U comenzó a ceder terreno y así se pudo ver al uruguayo hacer reiteradamente un gesto desesperado a sus jugadores para que salieran de atrás y no regalaran el mediocampo. Además, el técnico buscó que su elenco enfriara el juego, tratara de tener la pelota y no dejar que el elenco de Sierra se viniera encima. 

Estaba claro que Lasarte tenía en sus manos el termómetro con que su elenco calibraba el duelo en La Portada, y traspasaba sus instrucciones a través de Herrera y Rojas, los jugadores con más ascendencia dentro de la cancha. El libreto parecía haber sido ejecutado a la perfección hasta que en los descuentos llegó el empate de Figueroa. 

Se notaba al nerviosisimo de Lasarte, pero nunca perdió la compostura. Tras el pitazo final, de inmediato se dedicó a hacer la lista de cinco lanzadores para la definición a penales, dejando en manos de los referentes la arenga que se hizo al borde de la cancha, que era clave por el golpe sufrido sólo minutos antes. 

En la tanda desde los 12 pasos, 'Machete' no se sumó al resto del cuerpo técnico y jugadores que se abrazaron al borde de la cancha. Lo vivió de forma íntima, personal, en la banca misma, consciente de que el duelo ya no estaba en sus manos. Así, tras los cinco lanzamientos, el uruguayo dio un suspiro de alivio y se metió en la cancha a celebrar junto a sus dirigidos, que entre todos los festejos lo apuntaron a él como el principal homenajeado. 

Las últimas semanas de Lasarte no habían sido de las mejores en la banca azul, tras su inminente despido y la serie de rumores sobre sus probables sucesores y en la conferencia de prensa posterior al duelo, el DT reconoció que "a los 33 años capaz que lo hubiera hecho (haberse ido antes de terminar el semestre). Cuando estuve en Real Sociedad como jugador y me despidieron de forma injusta, rompí una puerta cuando me fui... Hoy veo otras cosas más importantes que el fútbol, que sigue siendo mi gran pasión, pero la familia tiene otra prioridad y la visión cambia". 

Fue una declaración de sinceridad de Lasarte que necesitaba un desahogo, no tanto a través de los micrófonos, sino en la cancha misma, en una final, en un Superclásico, donde desde las sombras llevó la batuta y coronó su tercer título en la banca azul. Es un técnico que entró en la historia de la U y se va con la misión cumplida.