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Selección

De Bielsa a Pizzi: los profundos cambios de estilo en la Roja

¿Cómo fue variando la manera de jugar de Chile bajo el mando de cuatro técnicos distintos en una década? Un repaso de la evolución táctica vivida.

Chile vs Uruguay en vivo

Actualizado a
De Bielsa a Pizzi: los profundos cambios de estilo en la Roja

No hay ninguna duda de que la Selección chilena ha experimentado una importante evolución futbolística en la última década. Dos participaciones seguidas en Mundiales (Sudáfrica 2010 y Brasil 2014) y la obtención del bicampeonato en la Copa América confirman el avance.

De Bielsa a Pizzi: los profundos cambios de estilo en la Roja

La profunda transformación comenzó en 2007, con Marcelo Bielsa a la conducción. Luego estuvieron en la escuadra nacional Claudio Borghi y Jorge Sampaoli y hoy el que manda es Juan Antonio Pizzi. Cuatro entrenadores. Cada uno con su propia idea de juego, que por cierto se la inocularon a la Roja, originando una línea de tiempo táctica con muchas singularidades.

El trabajo fundacional de Bielsa

Cuando Marcelo Bielsa asumió, Chile venía de una baja actuación en la Copa América de Venezuela y con un gran escándalo de indisciplina a cuestas. Sin embargo, el argentino echó mano a la generación que había obtenido el tercer lugar en el Mundial Sub 20 de Canadá y estableció las bases de los éxitos actuales.

En la cancha, el DT osciló entre los sistemas de juego 1-4-3-3 y 1-3-3-1-3. Pero más allá de la disposición inicial de los jugadores, lo que cautivó de su labor fue el modelo de juego implementado, focalizado en el ataque permanente y en la intensidad.

Chile presionaba siempre al rival en la salida o inmediatamente tras la pérdida del balón. Posicionaba a cinco hombres en zonas de definición junto al asistidor y el juego de pases para obtener la progresión era simple y concentrado por los costados. Defendía con un jugador más que el rival y la solidaridad en esta tarea era intransable (los delanteros eran los primeros defensas).

La pausa de Claudio Borghi

Claudio Borghi se hizo cargo de la Selección con el gran aval de haberse proclamado campéon en el exigente fútbol argentino al mando de Argentinos Juniors. En Colo Colo además había logrado cuatro títulos seguidos y en la Copa Sudamericana había caído en la final ante el Pachuca. Poseía todos los méritos para reemplazar a Bielsa.

Sin embargo, en el plano futbolístico la diferencia fue importante. Borghi implementó un sistema táctico 1-3-5-2 y nunca se movió de tal organización. En cuanto al juego, la construcción se hizo más extensa y segura, pero disminuyó velocidad e intensidad. Se mantuvo el foco en el accionar por los costados, aunque con un solo hombre en cada sector (laterales volantes). Desaparecieron los punteros y las maniobras elaboradas por el eje de la cancha adquirieron mayor trascendencia.

Asimismo, el Bichi reforzó el trabajo defensivo. Ubicó más hombres cercanos a la zaga (los laterales volantes y el tándem de mediocampistas de contención), por lo que generó un bloque de siete unidades frente al arco propio. Con Bielsa también la intención era agrupar harta gente al ser atacados, pero como los elementos se desplegaban en ataque los retrocesos demoraban más tiempo.

Sampaoli y su renuncia al "Bielsismo"

Con Borghi fuera de la Selección, Jorge Sampaoli llegó a Juan Pinto Durán con la misión de reestablecer el "Bielsismo". Se buscó retomar el anterior derrotero, que tan buenos resultados había brindado, llevando al "más bielsista entre los bielsistas", según Eduardo "Toto" Berizzo, ex ayudante del "Loco".

Hasta el Mundial de Brasil, Chile retomó el camino que había iniciado el ex DT de la selección argentina en 2007. Presionar bien arriba, juego rápido y directo esencialmente por los costados, llegar con harta gente al arco rival y arriesgar en defensa, con una línea de cuatro adelantada, para ser ofensivos.

Sin embargo, Sampaoli después modificó el estilo. El técnico de la Roja se "enamoró" del Juego de Posición, entronizado en su momento por el Barcelona de España. Entonces, Chile disminuyó la velocidad en el juego, aumentó la cantidad de pases y dejó de ser tan directo en pos de una mayor precisión. Para defender mejor, se reagrupó más atrás en el terreno de juego y, con un sistema 1-4-3-1-2, ya no presionó en la salida del rival.

El modo funcional de Pizzi

Solamente en la Copa América Centenario se pudo ver la mano táctica de Pizzi en la Selección. En los duelos eliminatorios contra Argentina y Venezuela, el argentino solo empleó un plan de contingencia y el equipo se mantuvo casi igual en su funcionamiento a la era Sampaoli, aunque restó un mediocampista y agregó un delantero.

Pero en Estados Unidos el DT de la Roja dejó en claro lo que pretende para la escuadra nacional. En términos generales se podría catalogar como un estilo funcionalista. Es decir, un equipo que actúa en función de las características del rival y también de las circunstancias del juego.

El esquema táctico 1-4-3-3 se mantuvo indemne, pero el funcionamiento osciló. Contra México ahogó al rival y no lo dejó vivir en el Levi's Stadium de Santa Clara. Ante Colombia y Argentina, la oncena fue práctica e inteligente, actuando con sapiencia de acuerdo a los requerimientos del contexto.

Ahora, Chile practica el Ataque Construido (juego de pases), pero también puede recurrir al Contraataque como lo hizo frente a Colombia. Se reagrupa a partir del círculo central para defender, aunque también presiona en la salida al oponente. Tal como como en el gol de Alexis Sánchez contra México (tercero del 7-0), en el que la Roja asfixió en tres cuartos de cancha y más allá, recuperó la pelota y vino la conquista.