RÍO 2016

La exótica preparación de Kristel Kobrich para los Juegos de Río

La nadadora ha tenido que cambiar sus horarios para adaptarse a los que le tocará competir en Río. También da señales sobre su futuro tras los JJOO.

"Me acuesto a las una de la mañana, me levanto a las nueve para ir al gimnasio; como tengo que estar en el agua a las 13:30, almuerzo a las 11:30, y mi entrenamiento nocturno es a las 21:30, por lo que debo comer a las siete de la tarde".

Así es la rutina de Kristel Köbrich a un mes de Río 2016. La mejor nadadora chilena de la historia ya comenzó en Córdoba la recta final para los cuartos Juegos Olímpicos de su carrera, y ha tenido que acomodar su rutina a los insólitos horarios que tendrá en Brasil.

"Estoy en un proceso de cambio de horario ya que estos Juegos son distintos a los otros: las eliminatorias serán a la 1 de la tarde y la final a las 10 de la noche", explica. "Esto ha requerido que ajuste muchos hábitos, lo que ha resultado ser una experiencia muy fuerte".

En ese proceso de cambio, Kobrich ya dejó atrás la polémica que la dejó fuera de la prueba de aguas abiertas, luego que una rival le rompiera las gafas al comienzo de la carrera. No hay tiempo, dice, y hoy el foco está en intentar mejorar lo hecho en Atenas, Beijing y Londres en 800 metros.

"Para Río hay que buscar una buena marca en los 800. Seguro que con eso se podrá estar en un buen lugar, buscando una final”, adelanta sin presionarse más de la cuenta. Prefiere desmarcarse de las medallas, y también del peso de ser una de las cartas competitivas que tendrá el Team Chile en Brasil.  

“Las metas, las exigencias me las pongo yo. No me preocupa si soy o no soy la carta más importante para Chile Sé que soy una gran deportista, somos una gran delegación y todos vamos a dar todo por Chile. De eso no me cabe ninguna duda”, aporta.

El futuro después de Río

Más preocupada se oye Kobrich a la hora de hablar de futuro. Aunque no piensa en el retiro, y prefiere pensar sólo hasta el Mundial de piscina corta que se disputará en Canadá en diciembre, sabe que las cosas no han cambiado mucho en Chile desde su aparición hace casi una década.

“Ojalá haya un recambio, es un tema muy delicado. Hay muchas razones de porque la natación está cómo está. La realidad muestra que nuestro nivel internacional es muy bajo”, lamenta. ¿El problema? Son varias cosas: dirigentes, entrenadores, nadadores, todos tenemos que sacrificar cosas y nadie está dispuesto a hacerlo o por lo menos no cómo se necesitaría para crear un cambio sustancial.  

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