Rio 2016
Del Potro vence a Nadal y alarga el reinado olímpico de Massú
El argentino tuvo muchos problemas para superar al zurdo español por 7-5, 6-4 y 7-6 (5). Así el viñamarino garantizó ser el único de la historia en lograr dos oros en la misma cita.
Nadal cae con Del Potro y se queda a las puertas de la final
Los gritos de lanzaban de un lado a otro. Los hinchas españoles, reforzados por fanáticos brasileños, unieron fuerzas para hacer callar cualquier intento de bulla propuesta por un puñado de argentinos ruidosos.
En la cancha, Rafael Nadal y Juan Martín del Potro deleitaban con un juego de alto impacto, a la altura de una semifinal olímpica. Y claro, fue el argentino quien comenzó de mejor manera, quebrando de entrada el servicio del hispano.
El bullicio argentino se expandió automáticamente. Pero no duró mucho. Rafa Nadal logró ritmo e inquietó con duros golpes al revés de su oponente. Hizo daño y encontró la fórmula del éxito. Devolvió el quiebre y cuando ya se pensaba en un desempate, el español volvió a quedarse con el servicio del tandilense para sellar un trabajado 7-5 en 57 minutos de juego.
Nadal lograba el primer paso para acceder a su segunda final olímpica consecutiva. De paso, se acercaba a la hazaña que Nicolás Massú había logrado hace 12 años en Atenas, donde se consagró campeón en singles y dobles.
Los hinchas españoles celebraban como un triunfo lo que veían en cancha, merced al buen juego de su compatriota y a la irregularidad mostrada por el argentino. Los cantos de apoyo a "Rafa" se extendieron, sin contrapeso, por minutos.
Pero Del Potro reaccionó. Volvió a mostrar atisbos del juego que le permitió dejar fuera a Novak Djokovic (primera ronda) y complicó a su oponente. Tanto así que mantuvo el quiebre que obtuvo en el tercer juego para ganar el parcial por 6-4.
Ahí comenzó la algarabía. Los casi ocho mil espectadores que llegaron al estadio olímpico no pararon de aplaudir y cantar. El espectáculo estaba garantizado. Nadie dudaba de ello. Quedaba un tercer set que, incluso sin querer, indirectamente preocupaba en Chile.
Nadal iba por el récord de Massú. Del Potro, mientras, soñaba con la final. Ninguno se dio ventaja. Lucharon punto a punto. La galería gritaba, los jugadores celebraban y Murray, a lo lejos, seguía de cerca el duelo para conocer a su rival.
Como era de esperar, todo fue equilibrado. Cada uno resistió y ganó sus puntos. Vino el tiebreak y Delpo terminó ganando. Fin de la historia. El argentino da un paso más al soñado triunfo olímpico. Y Massú respira aliviado.