CHRISTIAN GARÍN
"La gente piensa que si no eres Massú, González o Ríos eres un fracasado"
El joven de 20 años sigue buscando el punto de quiebre para su carrera. Acá analiza su difícil temporada, las críticas, y reconoce que más de una vez se ha sentido con ganas de dar un paso al costado.
Hubo un momento este año en el que Christian Garín pensó en dejarlo todo. Acababa de ganar un torneo Futuro y un desgarro lo alejó del tenis varias semanas. Fueron días difíciles y de incertidumbre para el joven tenista. Estaba cansado, y por dentro sintió por primera vez que el esfuerzo de años no era suficiente. Se cuestionó si realmente todo valía la pena.
"Estaba mal. Esa semana había ganado y me desgarro ¿Qué es eso? Pura mala suerte. La lesiones también han sido una explicación de porque no estoy más arriba. Lo bueno es que ahora me voy dando cuenta de todo eso: mis errores, mis defectos, lo que tengo que hacer. He ido recuperando las ganas".
- ¿Qué lo motivo a seguir?
- Llegar acá no ha sido fácil. No me lo ha regalado nadie. Tengo recién 20 años. El tiempo pasa rápido, especialmente en el tenis, pero es mejor equivocarse ahora. Aún me quedan diez o 12 años de carrera, y eso es mucho. Sé que puedo y tengo chances de llegar muy lejos.
- ¿Le afectan muchos las críticas que le hacen?
El análisis que sea hace en Chile es como si te ayudaran, como si te pagaran todo. Y no es así. Las críticas son muy ácidas. No estoy generalizando, pero las cosas que te llegan, los comentarios son así. Obviamente que hay gente que te apoya, pero la mayoría no cree que uno pueda tener un mal día y perder. Y no me han dado nada. Yo he ganado todo por mis medios.
- ¿Y cómo las afronta? ¿Le quedan dando vuelta los comentarios?
- La verdad: cada vez me importa menos. Quizás soy raro. A veces veo gente que les importa mucho, pero a mí ahora me dan risa. A veces veo comentarios de gente que te saluda como si fuese tu mejor amigo y luego te revienta. Hay muchos de esos. Los famosos chaqueteros.
- ¿A quién escucha entonces?
- Sé en quien confiar y quién no. Tengo un manager que siempre me intenta ayudar y dar opciones, y tengo buena gente dentro del tenis. De ahí voy intentando sacar ideas, y conclusiones. Uno siempre va escuchando al resto, que llevan años entrenando.
- ¿Ese mal ambiente fue una de las razones para radicarse en España?
- En lo personal me ha hecho bien. He crecido en muchos aspectos. He jugado torneos de muy buen nivel. A lo mejor no me han permitido subir tanto de ranking, pero sí me han dado cuenta de lo que soy capaz. Lo económico también cambia. En el tenis la inversión no es poca plata, y uno siempre va perdiendo hasta que está arriba. Eso uno lo va aprendiendo.
- ¿Ha crecido?
- Me he dado cuenta de mis errores. De lo que tengo que mejorar. Cada vez que van pasando los días, veo que tengo muchas chance de llegar lejos. He ido agarrando confianza en mí mismo. Tengo que empezar a trabajar como lo hacen los que están arriba. Uno deja de perder el tiempo y empieza a hacer las cosas por uno mismo.
- ¿En Chile estaba perdiendo el tiempo?
- Sí, me sentía estancado. En Barcelona se vive el tenis. Es normal poder entrenar con tipos que son Top 100 cada semana. Verlos, aprender, y estar cerca de ellos. Que los torneos sean difíciles también ayuda. En Sudámerica con tanto viaje uno llega muerto, y cada vez hay menos campeonatos.
¿Y entonces, qué es lo siente que le falta?
-Tengo el nivel de gente que es Top 100 y mejor. Esta semana pude haber ganado ante Cervantes. Me pasó con lo mismo con (Pablo) Carreño antes. Me falta jugar más de esos partidos. La primera vez uno está cerca, la segunda más, y la tercera uno gana. Ríos dijo que soy débil de cabeza. Bueno, a lo mejor, pero voy mejorando cada vez más.
- Acá siempre está la comparación con Ríos, González y Massú. ¿Ha sido un peso extra?
- Quizás, pero no, creo que ya no. Las cosas han cambiado en estos años en el circuito. Cada jugador tiene un proceso de maduración diferente. A los 24, 25 años espero estar en mi tope, y valorar todo lo que he hecho. La gente piensa que si no eres ellos eres un fracasado, y no es así.