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La U sigue sin ganar y dar un verdadero salto de calidad. El equipo juega mejor que en los tiempos de Beccacece, recuperó el poder ofensivo, pero los resultados óptimos no llegan y la temporada continúa complicada. Ante Everton, los azules se pusieron en ventaja y pareció que podía ser un buen día. Fue solo un destello. Después vino el enredo, la confusión y la característica irregularidad que los ha perseguido este año. El empate, con polémica incluida, reveló, al menos, que el cuadro de Castañeda y Musrri está siendo competitivo.

El arribo de la noventera dupla técnica trajo aire fresco. La tan necesaria descompresión luego de un período lamentable. Pero la mejora ha corrido a un tranco más lento que el esperado. Ante Católica, el equipo pudo marcar un punto de inflexión y no fue capaz de sostener la ventaja que lo llevaba a los penales. Frente a los ruleteros con la obligación de ganar para recuperar terreno en Apertura no logró quedarse con los tres puntos.

Es cierto que la U pudo ganar con el remate en el palo de Zacarías en los descuentos. Pero también quedarse con las manos vacías si Everton convertía el 3 a 1 cuando jugaba mejor. Al final, el 2 a 2 retrató fielmente la levantada azul y el acierto de Castañeda con los cambios, especialmente, con el ingreso de Briceño. Entretenido cierre del match. Una lotería. Estuvo para cualquiera.

Si hay algo que se le debe reconocer al equipo de Castañeda es que ya no tiene la pera de cristal. En la era Beccacece, le metían una mano y se desplomaba. Este domingo, la U perseveró en la adversidad, fue para adelante (aunque con desorden) y se benefició del aporte de jugadores importantes como Fernández, Rodríguez y el propio Zacaría. Lo de la Gata es llamativo, participa erráticamente del juego, pero gravita frente al arco. Sus goles fueron determinantes.

En la búsqueda de Castañeda por imprimirle un sello a la U hay turbulencias internas perjudiciales. Hace un tiempo fue la réplica de Fernández por una crítica del técnico. Esta semana, primero la molestia de Maturana por las condiciones que ofrece el club para extender su contrato y luego el misil de Johnny Herrera a los dirigentes en una entrevista de El Mercurio. Puros contratiempos para el DT que ha debido responder públicamente sobre estos tres episodios.

Los azules están todavía en carrera. Pero mientras no sumen de a tres puntos, la mejora será relativa, con asterisco, quedará en veremos hasta que los hechos demuestren lo contrario. Castañeda – Musrri tienen múltiples atributos: arraigo, credibilidad y una dosis importante de sinceridad a la hora de analizar los partidos. Pintan el juego tal como fue. No construyen un mundo paralelo. Ahora falta lo crucial. Que el equipo empiece a ganar. Y el contexto no ayuda porque para pelear arriba, en verdad, el margen se agotó.