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Fútbol chileno

La nueva vida de Carlos Soto tras dejar la presidencia del Sifup

Realiza su práctica de abogado: "Ando en el centro, en tribunales, haciendo papeleos". También asegura que "me gustaría incursionar en política".

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La nueva vida de Carlos Soto tras dejar la presidencia del Sifup

En diciembre del año pasado, Carlos Soto no resultó reelecto en las elecciones de la presidencia del Sindicato de Futbolistas (Sifup). Tuvo que dejar el cargo que ostentó por cerca de dos décadas para cedérselo a Gamadiel García y los votos que recibió, eso sí, le permiten actualmente ocupar un sillón de director en el organismo. Al margen de esto, hoy el dirigente gremial inicia una nueva etapa en su vida personal, bastante lejana de la contingencia deportiva nacional.

“Estoy haciendo la práctica (de abogado) en una corporación, la de asistencia judicial de Peñalolén. Es un servicio gratis para la gente y uno tiene que cumplir con metas, como por ejemplo dar cuenta de 50 causas. Estoy llegando a la parte final de esta etapa formación profesional, que duró cerca de diez años. En el intertanto aproveché hacer un máster internacional en política de trabajo y me gané una beca en la Universidad de Bologna. Me costó harto, pero completé todo mi ciclo académico”, cuenta Soto a AS Chile.

-¿Qué le ha parecido este nuevo campo?
-Es un ámbito en el que uno tiene que prestar un servicio país y atender a mucha gente que no puede cubrir sus necesidades de contar con un abogado. La gente de pueblo es futbolera, siempre me conoce alguien. Es otro mundo, porque uno estaba acostumbrado al fútbol. Han disminuido mucho las llamadas de los medios de comunicación y eso me ha mantenido concentrado en terminar todo este ciclo. Eso me ha ayudado mucho.

-¿Seguramente ya no pasa todo el día en el Sifup, como ocurría antes?
-Claro, tengo menos obligaciones. Voy un promedio de dos veces por semana. Me cambió harto la vida en intensidad, en preocupaciones. Siempre algunos jugadores o gente de confianza me sigue llamando. Ahora ando en el centro, en tribunales, haciendo papeleos. Me ha costado un poco con el vocabulario jurídico. Siempre digo carta y hay que decir escrito por ejemplo, pero eso va ir mejorando con la práctica.

-¿Tiene más tiempo para estar en su casa?
-Sí, claro. En los últimos 18 años no había sido así. En la casa tengo más tiempo para trabajar. Puedo almorzar ahí y ver los partidos tranquilos. Un fin de semana vi cuatro partidos del fútbol chileno en directo. Es otra cosa disfrutar el fútbol sin estar preocupado de la contingencia. Igual no me puedo sustraer, porque cuando pasa algo trato de dar mi opinión.

-¿Fue difícil el proceso de cambio de vida?
-No fue para nada difícil ni traumático. Incluso como que lo veía venir en el sentido que tenía que haber un recambio y yo debía dar un paso al costado. Había cumplido mi labor y ahora tenía que hacer otras cosas para terminar mi proceso porque llevaba muchos años. Fue solo un cambio, ahora tengo que andar todo el día con terno nomás.

-Lo bueno es que tenía este otro proyecto personal y pudo iniciarlo con harto tiempo disponible.
-Sí, ahora tengo claro que voy a dedicarme a esto. Estoy barajando con amigos instalar la especialidad en el fútbol en materias laborales y de reglamentos nacionales e internacionales. No tenemos muchos especialistas. Hay mucha necesidad en el fútbol y se puede hacer un buen trabajo. En asesoría a jugadores y clubes para que tengamos una buena defensa legal en nuestro país.

-¿Hacia eso apunta o piensa en otro tipo de inserción laboral?
-Mira, también he estado viendo otras posibilidades laborales, pero siempre ligadas al deporte. Estoy esperando qué se da. He tenido que presentar algunos currículums. Tengo muchos años de experiencia en el ámbito del deporte y debería ocuparlo. Lo otro que me ha gustado es la asesoría de sindicatos. Generar preparación en sindicatos lejos del ámbito del fútbol. Tengo la experiencia de haberme desempeñado en un sindicato bastante atípico, como es el caso del fútbol. También me gustaría incursionar en la política.

-¿Sí?
-Lo que pasa es que es muy difícil, porque necesitas respaldo económico. Esa cuestión me incomoda mucho. Para hacer una campaña para el parlamento necesitas 100 millones. Por eso hay escándalos porque la gente necesita financiamiento. Hay gente que puede aportar al país en muchas otras cosas y se frena porque no tiene recursos. Al final solo el que tiene plata puede postular a cargos parlamentarios.

-¿Le gustaría ser diputado por ejemplo?
-Sí, si cambiaran las reglas respecto del financiamiento de las campañas. Mi distrito desde el año 1987, cuando se abrieron los registros electorales me inscribí para votar por el sí o el no, es el registro 18, de Quinta Normal, y no me he movido nunca más. Siempre vote ahí. No me quiero cambiar porque me siento parte de este lugar. De ese distrito soy.

-¿Está decepcionado por haber dejado la presidencia del Sifup?
-No, para nada. Estoy satisfecho por la gestión, porque se cumplió el objetivo con el cual nos comprometimos. Hay una ley, el estatuto del jugador, y el sindicato tiene una sede, que vale 400 millones. Y hay plata en depósitos. Posicionamos al sindicato como un ente válido en nuestro país. Creo que Gamadiel (García) y su gente van a seguir esa línea. Si tengo que dar un paso al costado (en el cargo de director) luego, lo haré con la mejor disposición. No estoy ni angustiado ni molesto, fue la voluntad de los jugadores. Se hizo ver en las urnas y eso es lo que vale. Los que votaron por Gamadiel creen que él lo va a hacer bien. Hay que apoyarlo nomás en todo lo que necesite.