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Rancagua

El secreto de El Teniente para resistir tres torneos en un mes

El campo de Rancagua sobrepasó su gran prueba tras recibir 30 partidos en un poco más de un mes. El equipo de cancha entregó su fórmula secreta a AS Chile.

Actualizado a
El secreto de El Teniente para resistir tres torneos en un mes

La tarea no era fácil. Rancagua iba a ser sede de un torneo Sudamericano Sub 17, varios partidos por el torneo local y un partido de Copa Sudamericana en menos de 37 días. Algo insano para cualquier campo de juego, por lo que eran muchos quienes pensaban lo peor: que la cancha no iba a resistir ese nivel de uso y estrés. Pero haciendo valer su nombre, el Estadio El Teniente recibió los embates de los jugadores de alta competencia, además de otros usos de los trabajadores de Codelco, y salió victorioso del mes más intenso de su larga historia.

El estadio, perteneciente a Codelco, recibió 30 partidos de alto rendimiento en menos de 37 días. Muchos de ellos en jornadas triples. De hecho, el promedio de partidos que tuvo en 30 días fue de 1,2 partidos diarios. Nada comparado con sus históricas jornadas durante el Mundial de 1962, cuando vivió el clásico de Inglaterra contra Argentina, o la Copa América 2015.

Y no fue una resistencia a duras penas. La cancha, al final de su último partido antes del receso en el día de ayer, tenía una vigorosidad que muchas otras canchas utilizadas en el fútbol profesional –que no reciban más de 3 o 4 partidos al mes– quisieran. Un verde impecable, sin pelones, pasto con fortaleza y en perfectas condiciones que permite un fluido rodaje del balón. Algo que para Jaime Mendoza, administrador del Estadio, es un trabajo en equipo en base a la labor que se practica en Codelco.

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Chile vs Paraguay Sub 17JORGE LOYOLA/PHOTOSPORT

El trabajador acá tiene identidad. Siente el estadio y nuestras instalaciones como propias. Entonces es ese cariño que nos lleva a hacer lo mejor en mantención”, asegura Mendoza a AS.com, que junto al equipo de cancheros conformados por Gerardo Prieto, Luis Tamayo, Nelson Silva y Gabriel Zúñiga.

Técnica y compromiso: La preparación de El Teniente

Este equipo puso en marcha, a finales del año pasado, un plan de mantención adecuado al calendario que iba a tener en este 2017. Para ello se asesoraron con Marco Zamorano, un agrónomo experto en esta índole, y Ricardo Boudon, la cabeza del equipo que mantiene las canchas del Monasterio Celeste de O’Higgins en Requínoa. “Ellos nos recomendaron diversas fórmulas para fortalecer y darle vitalidad al pasto. Además de aplicar distintos químicos para fortalecer el pasto”, dice Mendoza, quien fue el gestor de este círculo virtuoso.

“Nosotros conversando con la administración le sugerimos algunas acciones a realizar. Así fue al término del torneo pasado, que sugerimos unos trabajos específicos para poder tener una cancha que soportase lo que venía, tanto en torneo nacional como la Sudamericana”, dijo Ricardo Boudon a AS.com. En concreto, estos trabajos recomendados fueron aeración, verticorte, sobresembra y fertilizaciones y aplicaciones de fungicidas, “elementos que le dan fuerza a la planta para que pueda soportar cargas más fuertes de entrenamiento”, complementa Boudon.

El secreto de El Teniente para resistir tres torneos en un mes

Pero más importante, era la mantención in-situ post partido que realizaban los cancheros. No era una labor fácil. Había que tratar el campo de juego con divots, una especie de sutura a las “heridas” que sufre la cancha en su uso, y que en Rancagua se hace con herramientas de confección propia.

Primero revisan si la herida puede resistir con un simple empalme y empuje de la tierra. Si el levantamiento de tierra no sirve, los cancheros remueven el pedazo de tierra completo, reemplazándolo por un fragmento sano que sacan de un verdadero “criadero de pasto” al aire libre, que tienen a un lado de la cancha. Y si bien, los años de experiencia lo hacen ver como un procedimiento fácil, su ejecución es complejísima.

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El Teniente de RancaguaJORGE LOYOLA/PHOTOSPORT

La técnica es milimétrica. Cuentan con tres tamaños de esquejes, dos circulares pequeños y uno cuadrado grande. Cada uno saca unos 10-15 centímetros de tierra de campo, manera que el injerto remozado se ajuste y se aferre al suelo. Para este proceso se revisa cada centímetro del campo de juego, después de cada partido. Al finalizar se moja la cancha y queda listo.

Los 5 partidos de O'Higgins y 25 partidos del Sudamericano Sub 17 no fueron capaces de derribar al Teniente. Un estadio que saca la cara a nivel internacional y que pide minutos en un partido oficial de eliminatorias de la Selección Absoluta.