NUTRICIÓN

Las dietas más peligrosas: cuidado, la salud es lo primero

A la hora de perder peso, muchas personas se equivocan y eligen dietas que pueden ser peligrosas para la salud. Te contamos cuáles son las peores.

La regla número uno para que una dieta funcione, como nos comentaba el dietista Víctor Reyes en una entrevista para Deporte y Vida, es que cree adherencia. Para ello, no debe ser muy restrictiva. “Las dietas de moda se vanaglorian de tener casos de éxito del estilo he perdido 30kg en 2 meses. Eso no es un caso de éxito. Eso es una pérdida de peso drástica y excesivamente rápida. Quiero ver esas personas al cabo de 1 año”, decía. Seguir una dieta sin consejo médico puede ser peligroso, así que te decimos cuáles pueden ser más dañinas.

Dieta Dukan

Fue creada por el francés Pierre Dukan. El Ministerio de Sanidad y Consumo alertó de que es peligrosa para la salud. Las personas con problemas en los riñones o en el hígado deberían permanecer alejadas de ella. Si bien es cierto que es efectiva, tiene muchos amantes y detractores, y hay que hacerla siempre con cabeza, siguiendo a rajatabla los consejos y pautas que ofrece el plan, ya que de lo contrario puede llegar a ser perjudicial para la salud. Consta de cuatro fases, y en la primera, que dura de 2 a 7 días, solo puedes comer proteínas (nada de hidratos de carbono ni grasas, dos macronutrientes esenciales para el organismo, con el peligro que ello conlleva).

Dieta de la lombriz o “dieta Tapeworms”

Fue una dieta que estuvo muy de moda a principios del siglo XX. Aunque suene raro, la dieta Tapeworms se centra en comer gusanos, concretamente la tenia, un tipo de gusano, pero en su estado adulto; el gusano no se toma directamente, sino mediante cápsulas donde el mismo se encuentra; una vez que el gusano se encuentra dentro de nuestro organismo, empieza a comerse todo lo que ingerimos. Según los expertos, esta dieta puede causar incluso la muerte.

Dietas líquidas

Este tipo de dietas consisten en tomar solo zumos o alimentos en forma de líquidos. Se utilizan a modo de “détox”, pero no tienen ninguna función a la hora de desintoxicar realmente nuestro organismo. Dependiendo del programa de desintoxicación, te alimentas unos días o semanas a base de agua, sopa de verduras o zumos. Es probable que pierdas peso (lo contrario sería realmente extraño), pero puedes recuperarlos después con facilidad, y además pueden propiciar un desequilibrio con electrolitos como el calcio, sodio o potasio y ello, lo que induce desde malestares gastrointestinales o mareos hasta el fallo cardíaco y la muerte.

Dieta de la limonada

Otro gran peligro para nuestra salud, que consiste en alimentarnos de cinco a siete días exclusivamente de agua con limón. Supuestamente, elimina toxinas de nuestro organismo al estar tanto tiempo sin ingerir alimentos sólidos, pero puede ocasionar síntomas como dolores de cabeza, náuseas y mareos. Para muchos especialistas esta dieta puede ser muy extrema, y una vez que la finalicemos, recuperaremos todo el peso perdido e incluso ganaremos más peso en el futuro.

Dieta del delfín

Como explica el nutricionista Juan Revenga en su blog, fue la quinta más buscada en 2013, y en su opinión, “se trata de la formulación de unos postulados dietéticos más o menos adecuados (comer alimentos integrales, más vegetales, con moderación, mantenerse activo, etc.) es decir, nada que no se sepa; al tiempo que se adornan con excentricidades como el beber agua de mar. Son precisamente estas extravagancias a las que se les termina por atribuir la mayor parte de los beneficios del mencionado postulado dietético”. La ingesta de agua de mar que propone esta dieta puede perjudicar la salud ocasionando desde un desequilibrio de electrolitos hasta intoxicaciones y problemas gastrointestinales.

Dieta Atkins

El método nutricional de Atkins, conocido coloquialmente como Dieta Atkins, se atribuye al cardiólogo estadounidense Robert C. Atkins. Este médico publicó a principios de la década de 1970 un libro titulado “La revolución dietética del Dr. Atkins” en el que preconizaba la pérdida de peso a través de una dieta caracterizada por el consumo de alimentos de bajo contenido de glúcidos. Su propuesta fue inmediatamente cuestionada por la comunidad científica. Se trata de una dieta cetogénica en el que se promueve el consumo de grasas y proteínas y se reduce al máximo el consumo de hidratos de carbono. La cantidad ingerida de vitaminas y minerales puede no ser suficiente, ya que se limita el consumo de frutas y vegetales.

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