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Guede: ¿Ratón? No, sobreviviente

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Finalmente, Colo Colo logró acceder a la punta del Transición. Los albos no enfrentaron mayores dificultades para superar por 2-0 a Santiago Wanderers, en el Estadio Monumental, y quedaron con 18 puntos en la tabla de posiciones, superando por diferencia de gol a Unión Española. Cuando faltan seis fechas para el término del torneo, el equipo que conduce Pablo Guede posee la mejor opción para conseguir el título. 

Colo Colo llegó a todo esto, porque hoy juega distinto, con un perfil más defensivo. Lo reconoció el propio DT del Cacique antes de la victoria ante el cuadro caturro:  "Si ganamos solidez fue para encontrar los espacios a la espalda de los rivales y poder meter bastantes goles. Eso, para mí, es súper importante". Efectivamente, los albos, con 16 tantos, son el segundo equipo más goleador en el campeonato. Además ocupan el tercer lugar entre los conjuntos que menos conquistas han recibido (solo seis cifras en contra).

La norma de sobrevivencia para cualquier entrenador en el Monumental es mandar a la cancha un equipo que sea competitivo. La derrota no admite excusas, lo único que importa es ganar. Es el sino de los cuadros más grandes en cada país. La formas, el camino recorrido, la construcción, el desarrollo para llegar a la victoria importan un comino. Todo esto es desastroso, pero está en concomitancia con lo que pasa ahora en el fútbol chileno. 

Guede tiene la película muy clara. Es todo un mérito. Sabe que el plantel no es concordante con una idea de juego más atrevida. Por ejemplo, Esteban Paredes, a sus 38 años, no está para "corretear" a los zagueros rivales durante todo el partido. Tras la pérdida del balón resulta mejor que el zurdo se repliegue, junto a todo el equipo, y recupere energía. Así vuelve a atacar, aunque sea desde una posición retrasada, más entero físicamente para desplegar su gran jerarquía ofensiva. 

No queda nada de la propuesta inicial del DT argentino en su desembarco en Colo Colo. Salir jugando siempre y no lanzar pelotazos frontales desde atrás. Presionar en la salida al rival o inmediatamente después de perder el balón. Jugar siempre en el campo del oponente. Atacar más que defender. Tener siempre la pelota, pues ello garantiza tener chances de generar situaciones de gol y no correr riesgo en la propia portería. Guede intentó implementar todo esto, pero no hubo caso. Los bajos resultados obligaron a la reformulación.

Hoy, el Cacique exhibe una media de 50 por ciento en la posesión del balón. De un promedio de 15 tiros al arco por partido bajó a 10. Antes ejecutaba 7 corners por partido y ahora solo realiza 4. Los albos defienden más y atacan menos. No cabe ninguna duda. Para algunos, un estilo de juego ratón.

No hay que ser tan simplón. Lo hecho por Guede es una muestra inteligente de supervivencia. El tipo está superando un gran test de adaptabilidad y es un sobreviviente en la banca de Colo Colo. Disputó partidos clave, a los que llegó bajo asfixiantes comentarios de renuncia o despido. Salió victorioso (Superclásico pasado, final de la Supercopa ante la UC y la última visita a San Carlos de Apoquindo). 

El Cacique enfatizó el reagrupamiento defensivo en su campo de juego. El equipo se retira por detrás de la línea media de la cancha. Los carrileros se insertan junto a los tres zagueros y la defensa es de cinco integrantes, con dos volantes centrales por delante que refuerzan la protección del arco. Jorge Valdivia, el '10' albo, se encarga de los mediocampistas centrales rivales (recuperó gran cantidad de balones ante la UC). Los delanteros se conectan con el resto en las inmediaciones del círculo central, atentos al robo de balón para sorprender mal parada a la defensa rival.

La fase ofensiva es contundente, veloz y letal. Guede cambió atacar en espacios reducidos y defender en espacios amplios, como lo quería al comienzo, por todo lo contrario: atacar en espacios amplios y defender en espacios reducidos. Una adaptación que, tal vez, pueda valer un nuevo título para Colo Colo.