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ENTREVISTA AS

La nueva vida de Carlos Tejas: "No quiero que me recuerden como un jugador violento"

Luego de varios años de silencio, el recordado arquero de Coquimbo y la selección chilena repasa su carrera y habla sobre su actual vida en el norte.

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La nueva vida de Carlos Tejas: "No quiero que me recuerden como un jugador violento"

De Carlos Tejas se saben muchas cosas. Que fue uno de los arqueros que marcó la década del noventa en el fútbol chileno. Que jugó en Coquimbo Unido, La Serena O'Higgins, Cobreloa y Santiago Morning y estuvo en el Mundial de Francia 98 . Que dentro de la cancha era temperamental, arriesgado, siempre al límite. Que se retiró en silencio el 2010 y que desde ese momento le perdimos la pista, lo dejamos congelado en una imagen, convertido en un recuerdo borroso.

Pero Tejas sigue ahí: escondido a pleno sol, a la vista de todos. "Los lunes tengo una escuela de arqueros en Coquimbo, donde algunos chicos han podido probarse en equipos de Santiago; de martes a viernes estoy en Salamanca donde trabajo en el Club Brujas de Tercera División. Los sábados y domingo juego en primera en una liga amateur como arquero. Siempre como arquero", dice a AS al teléfono.

- ¿Vives feliz?

- Trabajo de lunes a lunes, pero me gusta. Es lo que he hecho toda la vida así que es muy grato poder dedicarme a esto. Yo hasta el día que muera me gustaría estar en una cancha de fútbol.

- ¿Se extraña mucho jugar?

- A mí me encantaría estar jugando. Creo que sí hubiese seguido de forma profesional podría estar en condiciones de hacerlo hasta hoy. Entre sábado y domingo juego tres o cuatro partidos. Sé que por edad se me pasó la micro, así que ahora intento ayudar a los más jóvenes, dándole consejos para que no cometan errores.

- ¿Económicamente estás estable? ¿Tienes otros proyectos fuera del fútbol?

- Con mi carrera pude comprar algunos bienes para la familia. Vivo tranquilo. Igual estuve un año y medio sin trabajo, donde los ahorros se consumieron rápido. Pero ahora estoy otra vez en el fútbol, que es lo que me hace feliz, y me gusta trabajar.

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- ¿Qué cosas le dices a los chicos que entrena? ¿Qué queda del Tejas jugador?

- Los más chicos no me conocen mucho, pero sus papás le cuentan. Que jugué Copa América, que fui a un Mundial. Para mí, jugar una Copa América, participar en un Mundial, es como ir a las mejores universidades del mundo. Me tocó rodearme con grandes jugadores, y esa experiencia la intento traspasar a ellos.

- ¿Qué recuerdos son los que rescatas de tu carrera?

- El paso por O'Higgins y Coquimbo fue una de las etapas más lindas de mi vida. Cobreloa igual. El Mundial también. Para mí, toda mi carrera fue feliz. Gracias a dios mantuve un nivel juego parejo. Eso me llevó a estar en diferentes torneos, a jugar harto.

- Hace poco se cumplieron 20 años de la clasificación a Francia. ¿Dónde ubicas ese momento?

- Fue uno de las mejores experiencias de mi vida. Me sirvió mucho para crecer como jugador. Aunque no jugué, ya entrenar a Nelson Tapia antes de cada partido fue una situación impagable. Conocer otro país, ver esos estadios llenos de gente, es algo que te marca hasta hoy.

- Cuéntame un poco cómo era ese grupo

- Habían grandes jugadores. Además de Salas y Zamorano, que eran las estrellas, teníamos otros muy buenos. Creo que el tiempo le ha dado más valor a lo que fue esa selección. ¿Si nos vemos? Cada vez que nos encontramos en alguna cancha hay un saludo de amistad, de cordialidad.

- También te quedaste con una camiseta de Pagliucca. ¿La conservas?

- Claro, se la pedí después del primer partido con Italia, y hasta ahora la tengo en mi casa.

¿Y de Nelson Acosta? Has podido saber de él

- Supe hace poco que estaba mal de salud. ¿Cómo está? El profesor era excelente. Fue uno de los mejores técnicos que tuve en la relación con el jugador. Te daba confianza, te respaldaba. Yo estuve con él en Cobreloa y creo que siempre le respondí

- Te faltó dar un paso más en tu carrera ¿Jugar en un equipo grande o en el extranjero?

- Yo sé que podría haber jugado en el extranjero. A lo mejor me faltó la tecnología, las redes sociales, donde a uno le ven un partido bueno y ya puedes emigrar. En ese tiempo costaba mucho. Estoy feliz, estoy conforme con lo que hice, me entregué al máximo siempre, y aunque a veces me excedía, o pegué más de la cuenta, es porque la posición es así.

- Sientes que esa forma de jugar, el temperamento, te traicionó alguna vez

- Yo cuidaba el arco como mi casa. Pero el puesto de arqueros lamentablemente es así. Digo lamentable porque uno tiene que ir con todo, porque después de ti no hay nadie. A mí se me hizo una imagen de conflictivo, de que cómo era así en la cancha, también afuera. Entonces la gente agarró esa frase. No quiero que me recuerden como un jugador conflictivo o violento, porque no siento que lo fui.

¿Hay algo de lo que te arrepientas?

- No. Yo sé que a veces me excedía, pero era un tema del puesto. Uno tiene que ir al choque. Yo me comí rodillazos, patadas. Quizás la de Ivo Basay. Esa jugada a mí me marcó como jugador. Después de ese partido, a mí me dieron como bombo en fiesta. Aparecía en todos lados, y creo que era parte del juego, que era así como vivía el fútbol. 

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