'Icarus', el documental que desentraña los bajos fondos del dopaje deportivo
Su director, Bryan Fogel, se vio inmerso por sorpresa en la revelación del mayor caso de dopaje ruso tras entrevistar al químico Grigori RodchenkovNominadas al Oscar a mejor actriz de reparto 2019
Icarus ha sido galardonado como mejor documental en los Premios Oscar 2018. El metraje se convierte así en la primera producción premiada con una estatuilla producida por Netflix, una historia que por casualidad acabó destapando el mayor caso de dopaje deportivo de la historia.
En diciembre de 2017 Rusia recibía por parte del COI la mayor sanción por dopaje hasta la fecha. Su equipo olímpico quedaría disuelto para los Juegos de Invierno de Pieonchang, donde solo se ha permitido participar a atletas limpios de dopaje de forma independiente. La sanción llegó después de que la Agencia Mundial investigara y concluyera en un informe que en Rusia se había creado una red estatal diseñada para eludir a los controles sobre sus atletas, focalizada en su Federación de Atletismo.
Tres años antes de esto tuvo lugar el comienzo de rodaje de Icarus, el documental premiado en los Oscars, que sin quererlo y por casualidad acabó desenmascarando esta trama. Bryan Fogel, director de la cinta, se propuso demostrar cómo de fácil era eludir los controles antidoping participando en una carrera ciclista amateur en la que se realizaban pruebas inyectándose anabolizantes y otras sustancias. Una especie de prueba en vivo de cómo afecta al cuerpo humano el dopaje, cuanto logra que mejoren los resultados deportivos, y lo fácil que es evadir los controles.
Para ello contactó con Grigori Rodchenkov, un químico ruso que desde hace una década era el director del laboratorio del Centro Antidopaje de Moscú. Es decir, del centro encargado en coordinar que los atletas rusos no se doparan. Rodchenkov, un tipo extrovertido y que se presta al experimento de Fogel, le asesora sobre los mejores 'cócteles' que puede inyectarse para mejorar su rendimiento.
Las dudas llegan a Fogel cuando se pregunta cómo el tipo encargado de controlar que nadie se dope en su país puede asesorarlo de tal forma. La bomba no tardaría en estallar. Lo que iba a ser un documental basada en la evolución de Fogel con el dopaje se transforma en un relato que nos cuenta cómo se urdió el plan ruso para dar ventaja a sus atletas. Rodchenkov llama un día a Fogel y le pide que le ayude a conseguir asilo en los Estados Unidos después de que el COI comenzara a investigar todo. Llevaba años cambiando las muestras de orina de los deportistas rusos para pasar los controles.
El documental cuenta desde entonces las idas y venidas de Rodchenkov, convertido de villano a confesor, que pasa a entregar a varios medios su libreta de notas en las que apuntaba qué cantidades de sustancias daba a cada atleta y los registros de orina.
Rodchenkov acaba consiguiendo el asilo y su entrega de información acabaría dando lugar a la sanción que ahora pesa sobre Rusia. El documental, disponible en Netflix España, deja sin embargo un regusto inquietante, con Fogel implicándose en la defensa de Rodchenkov, que a fin de cuentas no deja de ser el padre de toda la trampa.