Bélgica está harta de ser la eterna aspirante. Su victoria ante Túnez la consolida como una de las grandes candidatas al título y a su goleador Lukaku como uno de los favoritos para ser el máximo anotador del Mundial. Con sus dos goles a Túnez suma cuatro, empatado con Cristiano Ronaldo.
Los de Roberto Martínez practican un fútbol vibrante. La verticalidad y la rápidez son sus principales bazas. Cuando los Hazard, De Bruyne, Carrasco y compañía roban en el medio del campo, son muchas las posibilidades de que la jugada acabe rondando el gol. Este partido fue una muestra clara de su potencial.
A los cuatro minutos del inicio ya mandaba Bélgica en el marcador. Hazard fue víctima de un penalti que el VAR confirmó que se produjo dentro del área y el propio extremo se encargó de transformarlo . Antes del cuarto de hora, Bélgica ya reinaba 2-0 gracias a un zurdazo de Lukaku desde el borde del área. Túnez no se arrugó y redujo distancias por medio de un cabezazo de Bronn a balón parado, pero las lesiones (el propio Bronn y Ben Youssef tuvieron que marcharse antes del descanso) y el segundo gol de Lukaku en el descuento de la primera parte terminaron con las esperanzas tunecinas.
Nada más reanudarse el descuento, continúo el festival. Hazard aprovechó un balón en profundidad de Anderweireld para anotar el cuarto de Bélgica y el segundo en su cuenta particular. Batshuayi firmó la manita en el descuento. Bélgica está virtualmente en octavos y Túnez necesita un milagro para no estar eliminada . Si Inglaterra puntúa ante Panamá, se acabó el cuento.