Rusia 2018, el Mundial de las reivindicaciones sociales

Son muchos los ingredientes que hacen único un Mundial… el juego, los goles, las aficiones o los campeones. Más allá de lo estrictamente futbolístico, esta cita en Rusia ha dejado varias reivindicaciones y de muy diferente índole. La cita comenzó con la agresión a una pareja homosexual francesa, que había viajado a San Petersburgo para apoyar a su selección. Antes de coger un taxi, ambos chicos fueron atacados y robados. Ese fue uno de los motivos de la creación de la camiseta ‘Same Team Jersey’, compuesta por pedazos de las elásticas de selecciones de los cinco continentes y con los colores del arcoíris. El mensaje, en una de sus mangas: “Pertenecemos al mismo equipo”.

También las mujeres están siendo protagonistas en esta cita. Ellas, las iraníes, pudieron ver el partido de su selección contra España junto a los hombres, en una pantalla gigante instalada en el estadio Azadí. A pesar del anuncio, la Policía las impidió la entrada en un primer momento, pero no se marcharon y una hora antes del encuentro lograron pasar. Un día histórico ya que, desde la Revolución Islámica de 1979, las mujeres tenían prohibido entrar en los campos para ver fútbol masculino. Algo que han burlado en alguna ocasión haciéndose pasar por hombres vistiendo pelucas y barbas falsas.

Las periodistas también han puesto el foco en otro problema, el del acoso de los aficionados, el que ellas mismas han vivido en su piel. Juliet González Teherán (Deutsche Welle), María Gómez (Mediaset), Julia Guimaraes (Globo Esporte) y Malin Wahlberg (Aftonbladet TV), entre otras, lo han sufrido durante sus conexiones y mientras estaban realizando su trabajo. Han recibido o sorteado esos besos ante la cámara. “No trates nunca de hacer eso a una mujer, ¡respeta!”, espetó Guimaraes a su acosador mientras seguía en directo. Y con el hashtag #deixaelatrabalhar recibió una oleada de apoyos en las Redes Sociales.

Mbappé se ha convertido en uno de los grandes protagonistas de este Mundial dentro y fuera del terreno de juego. El extremo galo donará todas las primas que obtenga en el torneo a una organización de niños discapacitados, Premiers de Cordée. Se estima que cada futbolista, en caso de alzar la ansiada Copa, podría embolsarse casi medio millón de euros (300.000 por ganar, más 20.000 por victoria). No es la primera vez que Mbappé ayuda a esta Asociación, con la que ya estuvo en el hospital Jean Verdier en Bondy, la ciudad donde creció, jugando con una treintena de pequeños hospitalizados.

También Tabárez, seleccionador de Uruguay, se ganó los halagos con su discurso en rueda de prensa. “De nada sirve ser campeones del mundo si nuestros jóvenes no saben dónde está Rusia o por qué en la selección francesa hay tantos jugadores nacidos en África. Es el momento de cumplir con lo prometido y llegar al 6% del PIB para la Educación Pública”, expuso el técnico y profesor. Tabárez se sacó el título de maestro en el Instituto Normal de Montevideo y ejerció durante varios años, se dice incluso que en las concentraciones con Danubio y Wanderers se llevaba para corregir los exámenes de sus alumnos. Cuando fichó por Peñarol, en el 87, tuvo que dedicarse a los banquillos con exclusividad, pero en el fondo el profe nunca ha dejado de serlo...