CONCURSO

Impresionante nuevo récord del mundo de 'speed eating'

Ésa es la marca que logró Joey Chestnut en la competición más famosa de esta disciplina que se celebra cada 4 de julio en Estados Unidos.

Una realidad lejana, muy lejana, a nuestra dieta mediterránea es la que acontece en EEUU. Cuna de la comida rápida y probablemente bien denominada basura, el país que vive en un show permanente es también el origen de lo que algunos han denominado como deporte extremo: el speed eating. O lo que es lo mismo, comer ingentes cantidades de lo que sea en un tiempo determinado.

Sin entrar a valorar que comerse 74 'completos' en 10 minutos pueda considerarse siquiera un deporte, esta modalidad, por denominarla de alguna manera, sigue ganando adeptos en EEUU y está plenamente asentada, como demuestra la existencia de programas como ‘Man vs. Food’ (en España, ‘Crónicas Carnívoras’) o el hecho de que exista la International Federation of Competitive Eating (MLE), cuyo ranking lidera Joey Chestnut.

Chestnut, en categoría masculina, que estableció un nuevo récord del mundo con esos 74 hot dogs, y Miki Sudo, que en categoría femenina logró engullir la nada despreciable cifra de 37, se han coronado con el cinturón que les acredita como vencedores del concurso más famoso de la disciplina, que organiza una conocida cadena de comida rápida en Coney Island (Nueva York) cada 4 de julio, día de la Independencia y oda al perrito caliente. Y todo, ante la atenta mirada de miles de espectadores que asisten perplejos en directo al espectáculo, cortesía de la cadena deportiva ESPN.

Atrás quedan las buenas intenciones de los Obama, principalmente de Michelle, que en su época de primera dama se tomó muy en serio el fomento de los hábitos de vida saludables consciente de que aproximadamente el 40 por ciento de la población de Estados Unidos sufre obesidad. Y da igual que se intente concienciar sobre lo disparatado de ‘comer’ de esa manera alimentos que distan mucho de ser saludables, la rueda crece y crece mientras lo único que importa es el show business.

Tampoco nadie parece escandalizarse por la imagen que ofrecen los concursos de speed eating en relación al desperdicio de comida. Puede que se dé por hecho que esos 74 perritos calientes solo podían tener un único destino: el estómago de Joey Chestnut. Campeón del sinsentido.

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