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¿Qué gana el Barça con Vidal?

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Si Alexis Sánchez supone la magia que rodea al regate pícaro e imprediscible y Claudio Bravo la sobriedad y el liderazgo racional, Arturo Vidal -el tercer chileno de la historia que vestirá la camiseta del FC Barcelona- viene a ser uno de esos talentos superiores que se curten en la rudeza del esfuerzo y la desigualdad.

Arturo, el segundo de cinco hijos de Jacqueline Pardo, quien las ofició de madre y padre a la vez, supo desde niño que el fútbol era el camino para escapar a la pobreza. Hizo las noches día pateando pelotas en el campo de tierra que quedaba al frente de su casa, en la humilde barriada Villa Huasco de San Joaquín, en la zona sur de Santiago. Así llegó a Colo Colo, donde trabajaron aún más al niño que corría más que nadie, que defendía como pocos, pateaba bien con ambas piernas, tenía cabezazo ofensivo y defensivo, jugaba en todos los puestos menos la portería y que, además de todo eso, anotaba muchos goles.

Antes de partir al Bayer Leverkusen, con 19 años, Arturo dijo sin ningún complejo ante los medios que quería ser el mejor jugador del mundo. No era soberbia, era el sueño de un niño lleno de inocentes convicciones.

Vidal lo ha ganado todo y tiene dinero suficiente como para jubilarse tranquilo. Ya cumplió la promesa que le hizo a los 14 años a su madre: "Voy a ser futbolista y tú no vas a tener que trabajar nunca más". Y se da ciertos lujos, como comprar el Rodelindo Román, el club de la cancha de tierra de frente a su casa, y convertirlo en una sociedad anónima deportiva e inscribirla en la competencia de tercera división. Y, por supuesto, financiarla. O tener un stud -que obviamente se llama Rodelindo Román- donde da rienda suelta a su pasión por la carreras de caballo.

Pero Vidal no sería Vidal si dejara de luchar. Tras una segunda cirugía de rodilla, la misma que tenía inservible para Brasil 2014 y que no le impidió brillar en la Copa del Mundo, tiene una oportunidad de ganar algo que se ha transformado en obsesión: la Champions League. Esa misma obsesión lo llevó a provocar hasta convertirse en archienemigo del Real Madrid, su bestia negra a la hora de ir a por la Orejona. Esta opción de revancha ha despertado el apetito del guerrero.

Barcelona gana mucho con Vidal. Ya está dicho, es un volante muy completo, que ha perfeccionado todo eso bueno que tenía a los 14 años en Colo Colo: defiende como pocos y anota como muchos, entrega cabezazo en ambas áreas y aportará carácter a un Barça que, a ojos de los fanáticos sudamericanos, muchas veces carece de eso que se requiere cuando el talento no basta.

Bien lo sabe Guardiola quien alguna vez dijo que si tenía que ir a la guerra le gustaría poder hacerlo con Vidal dentro de su batallón. Por algo será.