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El extraño caso de Armando Cooper

Actualizado a

Universidad de Chile tuvo uno de los fichajes más curiosos de la historia durante este año. Llamó la atención en enero pasado la llegada de Armando Cooper, un volante panameño hasta ese momento desconocido en nuestro país, pero que tendría la gran posibilidad de jugar el Mundial de Rusia con un equipo que era debutante. Un escenario atractivo, sin duda. Pero sus apariciones fueron tan escasas que sembró una serie de interrogantes que siguen sin respuesta.

El jugador de 30 años recién vino a debutar en abril, sumó apenas 111 minutos y un solo encuentro como titular: el nefasto 1-6 ante La Calera en Quillota, la antesala de los siete goles de Cruzeiro que le costaron el cargo a Ángel Guillermo Hoyos.

¿Fue tan discreto lo que mostró para que no lo consideraran nunca más? ¿De verdad no tenía cabida en un equipo que ganó apenas cuatro de los 12 partidos por Torneo Nacional desde que debutó? ¿No tenía nivel ni siquiera para ir a la banca con Frank Darío Kudelka?

¿Raro no?

El panameño pasó las penas en Rusia, donde sí jugó dos partidos como titular, ante Bélgica e Inglaterra. A pesar de las claras derrotas del equipo centroamericano, fue uno de los pocos jugadores que aprobó. O sea, ¿a un jugador que disputó 180 minutos en un Mundial de Fútbol no le alcanzaba para si quiera ser citado por Kudelka en la U, un equipo que está rondando la medianía de tabla y con evidentes problemas futbolísticos que arrastra desde hace meses?

En lo poco que se le pudo ver en la U, y algo más en el Mundial, Cooper demostró ser un jugador con una técnica por sobre la media en Chile, buen pie y sin miedo a pedir la pelota. Un '8' que podría haber encajado en un esquema con dos volantes interiores, que usaba tanto Hoyos como Kudelka. Podría haber tenido más protagonismo que, por ejemplo, Gustavo Lorenzetti quien, a esta altura y desde hace un tiempo, juega más con el nombre y el prestigio.

Decían en la U que Cooper no era bueno para entrenar y que corría poco en la cancha. Se entienden las dudas que esto podría generar en un entrenador pero, sinceramente, ¿no es mejor poner a quienes mejor juegan y no solo a los que más corren viendo el juego de la U y las nulas variantes que ha mostrado? Al final esto es fútbol. Quienes marcan las diferencias son los mejores, en eso no hay misterio. Tal vez meterle presión a los titulares con un jugador que 'no corría tanto' pudo servir para remecer un poco el profundo bajón en que está sumido el equipo.

Ante la silenciosa partida del jugador al fútbol rumano, sumado al nuevo papelón que hizo la U en el Monumental, el cuerpo técnico y la gerencia deportiva deberían clarificar lo de Armando Cooper: ¿quién lo pidió, por qué lo trajeron y, en especial, por qué tuvo pocas oportunidades en un equipo de juego mediocre, sin sorpresas ni chispa?

A esta altura podemos ser lo suficientemente claros -y honestos- para darnos cuenta que la U no está por sobre el nivel de la selección de Panamá, tan ninguneada en el Mundial.