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FÚTBOL CHILENO

El éxito del estilo 'jugar como se puede' de Kudelka en la U

El DT debió recular en su afán de imponer su sello futbolístico característico. Hoy, los azules se ilusionan con pelear el título, gracias a un formato más terrenal.

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El éxito del estilo 'jugar como se puede' de Kudelka en la U

Ha sido sincero Frank Kudelka en su paso por Universidad de Chile. Permanentemente su discurso ha estado apegado a la realidad que los azules viven en el campo de juego. Nada de ficciones en sus análisis y ahora que el equipo pasa por un buen momento tampoco hizo la excepción. El DT argentino admitió que la U "no juega como yo quiero".

Tiene razón Kudelka. En su arribo intentó con el sello distintivo de su manual de juego y no resultó. Después de probar con otra fórmula, que en lo más llamativo contempló actuar con tres zagueros centrales, se decantó por la actual propuesta. El mérito de esta forma radica en la plena correspondencia con la naturaleza del actual plantel azul, es decir, un claro estilo 'jugar como se puede'.

Máxima seguridad

Lo que hizo a Kudelka abrirse a la opción de modificar el proceder en la cancha fue un hecho incuestionable. Bajo su nuevo mando, y con un sistema de juego 1-4-1-2-3, los azules manejaban el balón, pero eso no se traducía en llegadas de peligro. Esto además los volvía vulnerables: en la circulación de la pelota, el equipo 'agrandaba' la cancha y tras la pérdida, con todos muy separados para defender, cada avance rival era 'medio' gol. 

El DT argentino optó, entonces, por la seguridad en la portería de Johnny Herrera. Este afán lo trasladó al plano táctico con el sistema de juego 1-4-4-2 y el retroceso defensivo hasta el borde del área penal. Por delante de esta referencia se estableció la zona de presión para allí recuperar el balón, a través de la reducción de espacios generada por el acercamiento de la línea de volantes con los defensas.    

Don hombres han sido claves en esta labor: Rafael Vaz y Rafael Caroca. El brasileño está a sus anchas actuando en espacios reducidos, con el resto de los integrantes de la zaga muy cerca, garantizando la cobertura. Como la U espera, los centros rivales son inevitables y en la fase aérea el zurdo se luce. Algo similar pasa con el mediocampista chileno: es un '6' nato, con acciones agresivas de recuperación en el eje de la cancha, zona que pocas abandona, a raíz del rígido ordenamiento defensivo azul.  

Menos elaboración

Las largas posesiones de balón en busca de una brecha en el rival para profundizar ya son cosa del pasado en la U. Hoy, los azules desarrollan un juego más directo en la faceta ofensiva, lo que es concordante con su postura de retroceso y recuperación de la pelota en la zona por delante del área penal. 

En tales circunstancias sorprende a su oponente desarticulado y con poca resistencia defensiva. Así fue como Matías Dituro, el arquero de la UC, tuvo que hacerle foul a Francisco Arancibia en el comienzo del clásico universitario. El desarrollo del juego es a trazos largos, buscando el desahogo por los costados a través de hombres con buen ida y vuelta, como son Yerko Leiva y Arancibia.

Para esto resulta crucial el papel del David Pizarro. El porteño, con más de mitad de cancha por delante, reparte juego a voluntad, gracias a su precisa pegada y buena visión panorámica para detectar a los apoyos en situación favorable. Cuando la acción no precisa verticalizar inmediatamente, despliega su hábil manejo del balón para permitir el avance de los receptores, temporalmente retrasados a causa de labores defensivas.

Ataque peligroso

El hombre ancla de los azules en la delantera ha sido Yeferson Soteldo. El venezolano cuenta con libertad para moverse por todo en el frente ofensivo, pero siempre inicia sus recorrido desde la posición de '9', junto a Ángelo Henríquez. Esto lo favorece, pues no otorga referencia para ser controlado y recibe el balón con ventaja recostado hacia las puntas para imponerse luego gracias a su poderoso dribling.

El contexto, durante la fase inicial y media del ataque con pocos apoyos cercanos, estimula favorablemente su individualismo. Muchas veces gana en el mano a mano, así le da más extensión a la maniobra ofensiva y de este modo permite la llegada de los hombres que acompañan la jugada. 

La situación de Henríquez ha sido con altibajos. Deambula entre buenas y malas acciones, tal como sucedió en el clásico universitario. Tras un gran enganche en el área, estuvo a un tris de abrir la cuenta, pero impactó el balón de forma deficiente en el disparo final. De todas formas, mientras siga vigente la búsqueda de su mejoría futbolística, el trajín de Soteldo lo favorecerá, pues desvía la atención en la zaga adversaria y así puede hallar el lugar justo para intentar anotar.