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El año negro de Colo Colo: bajo nivel, polémicas y despidos

El cuadro albo completó un 2018 decepcionante, con polémicas directivas que se extendieron desde febrero hasta la última semana del año. La campaña en Copa Libertadores fue la excepción.

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El año negro de Colo Colo: bajo nivel, polémicas y despidos

El año de Colo Colo estuvo muy lejos de concretar los ambicios desafíos que se plantearon durante el transcurso del año. Eso de pelear el título, lograr unidad o alcanzar una identidad. Lo que ocurrió fue justamente lo contrario: el 2018 estuvo marcado por una división dirigencial que llegó hasta el camarín, y que se extendió con los resultados.

Los problemas crecieron entre marzo y abril con malos resultados que pusieron en duda la continuidad de Pablo Guede. La campaña del entrenador no convencía, especialmente por la derrota ante Delfín en Copa Libertadores Sin embargo, el DT también se incomodaba con los líos de directivos. Un drama que recién se inicaba.

"Todos buscan sus intereses sin importar el daño que le hacen a la gente y a Colo Colo. Las ansias de poder hacen destruir un montón de cosas", decía el DT argentino en conferencia de prensa justo días antes que la Junta de Accionistas sacara a Aníbal Mosa del poder.

Tras la hoy cuestionada victoria de Gabriel Ruiz-Tagle, Guede renunció. Su lazo con Mosa fue más fuerte. Era el primer indicio de que las disputas directivas al interior de la concesionaria también llegaban al plantel. Y así se repitió en otros casos.

Hector Tapia asumió como director técnico. Y aunque el ex atacante evitó el desastre en Copa Libertadores para luego meterlos entre los ocho mejores después de 21 años, el nivel del equipo nunca se ganó el cariño de los hinchas. Eso se vio aún más aproblemado con una campaña en el Torneo Nacional que tuvo varias rachas negativas.

El entrenador le quitó protagonismo a Jaime Valdés, quien un año antes había sido el mejor jugador del torneo. 'Pajarito' desapareció del mapa. Tal como había ocurrido con Julio Barroso en la Era Guede. En cancha, Lucas Barrios no rindió. Iván Morales no despegó. César Pinares no cumplió. Damián Pérez solo tuvo algunas apariciones rescatables. Ninguna fórmula resultaba.

Mientras tanto, las peleas entre Mosa y el bloque de Leonidas Vial aumentaron cada vez más. Blanco y Negro llamó a otra Junta de Accionistas, y Ruiz-Tagle denunció al empresario portomontino por injurias y calumnias. Un proceso judicial que sigue vigente.

La llegada de Marcelo Espina, quien tuvo el respaldo de casi la totalidad de los directores (Club Social respaldó a Sebastián González) parecía ser el símbolo de la esperada unidad. No obstante, la alegría duró poco.

El gerente deportivo anunció que bajaría el número de integrantes del plantel, lo que desató la molestia de algunos jugadores. A los días, además, se concretó la venta de Bryan Carvallo a Necaxa. Mosa arremetió otra vez: "Espina no sabe negociar. No es capaz de enviar un mail, se olvida que soy el máximo accionista", dijo en AS.

Los resultados nunca llegaron y Colo Colo se despidió pronto del título. La opción de ir a la Copa Sudamericana fue su único consuelo. Y Tapia, de esa forma, se quedó sin renovación para el 2019. Un hecho que se anunció una semana antes de finalizar la competencia. Tapia, dolido por la forma cómo sucedió todo, evitó sus dos últimas conferencias de prensa y aún no se refiere al tema.

Diciembre trajo aún más problemas. Lucas Barrios se despidió asegurando que el camarín estaba dividido, mientras que la administración de Ruiz-Tagle inició el plan de Espina: hasta ahora van ocho futbolistas cortados, entre los que destaca Gonzalo Fierro. El lateral esperaba seguir un año más y aún permanece molesto.

Esteban Paredes, en tanto, no se cansa de pedir unidad. "Hay que juntarse y hacer una alianza por el bien de Colo Colo. El 2019 debemos ser un solo club", señala. No obstante, antes de finalizar el 2018, Aníbal Mosa dio el último golpe del año: la CMF formuló cargos contra Larraín Vial por supuestas irregularidades en la elección que permitió el regreso de Ruiz-Tagle. El proceso podría ser impugnado.

Y así pareciera que el año comenzará de la misma forma, con una guerra sin fin. Aunque ahora con Mario Salas, uno de los técnicos chilenos más valorados del momento, en la banca del Monumental.