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Entrevista AS

El olvidado primer compañero chileno de Cristiano Ronaldo

Juan Francisco Viveros irrumpió en un Sudamericano Sub 17 y fue comprado por el Sporting de Lisboa. Ahí coincidió con un juvenil CR7.

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El olvidado primer compañero chileno de Cristiano Ronaldo

Juan Francisco Viveros tenía solo 16 años cuando tuvo la gran oportunidad de su vida. En 1997, tras ser goleador y mejor delantero del Sudamericano Sub 17, fue comprado por Sporting de Lisboa y de un momento a otro se transformó en la gran promesa del fútbol chileno. "Soy el jugador más joven en salir del país, hoy es más fácil", cuenta con orgullo.

Estuvo cinco años en Portugal, donde también pasó por Uniao Leiria, y en diálogo con As Chile contó detalles de esa aventura, su relación con Cristiano Ronaldo y su nueva vida tras el retiro.

- ¿Qué la faltó para destacar en Europa?
- Fueron cinco años, tres en el Sporting y la verdad es que quedé con gusto a poco. A lo mejor no estaba preparado para irme tan joven y eso hay que tomarlo en cuenta. En lo técnico y táctico no tenía problema, pero en el aspecto sicológico fallé. No estaba fuerte para aguantar un desafío tan grande. Las expectativas eran grandes y me decepcioné.

- En sus años en Sporting de Lisboa pudo conocer a Cristiano, ¿cómo fue esa experiencia?
- Tuve la oportunidad de entrenar con él cuando lo subieron al plantel. También estaba Quaresma. Una vez que me fui noté con quién había estado compartiendo.

- ¿Qué le llamó la atención de esos entrenamientos con CR7?
- La facilidad para realizar controles, conducción, sacarse jugadores. Era chico, yo tenía 19 años y el mucho menos, pero era espectacular. Mi papá veía sus partidos en inferiores y me comentaba lo bueno que era.

- También estuvo con Peter Schmeichel...
- Sí, compartí con él. Recuerdo que llevaba a su hijo y era tan bueno que le remataban de todos lados y volaba para atajar. Hoy ese niño (Kasper) es figura del Leicester y uno de los mejores arqueros de la Premier League.

"Quedé con ganas de hacer más; no logré llegar a mi máximo potencial"

Tras sus años en Europa, Viveros regresó al país con sentimientos encontrados. Por un lado la satisfacción de haber estado en Europa, pero por otro con la deuda pendiente de haber aprovechado más la oportunidad.

- Tras salir de Sporting, ¿tuvo chances de seguir en Europa?
- Tuve posibilidades de ir al Venezia. Un DT que había tenido en Portugal me quiso llevar, pero no se llegó a un arreglo. También en ese momento se habló de Universidad Católica, pero eso no resultó.

- ¿Por qué después no pudo volver a despegar?
- Volví a Huachipato. Se armó equipo para pelear el torneo, pero no fue lo que esperaba. Quedé con las ganas de hacer más y me quedé ahí, no logré llegar a mi máximo potencial. No sé si fue algo sicológico o el no encontrarme nunca con el DT adecuado.

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- ¿Cómo surge el apodo de 'Táctico'?
- Fue en Wanderers, cuando estaba Yuri Fernández. Llegué como '9' y tuvimos inconvenientes en creación, así que me metieron más atrás. Después jugué de lateral. Era ordenado y estudioso, entonces siempre rendía y sabía qué hacer. La gente piensa que me dicen 'Táctico' por malo, pero no es por eso.

Yoga, pilates y fútbol

- ¿A qué se dedicó luego del retiro?
- Armé un gimnasio de pilates, yoga y terapias alternativas en Chillán. Mi señora es profesora de Educación Física y manejaba el rubro, así que nos complementamos bien. Llegamos a tener 13 o 14 profesores, fue innovador. Cuando me nombraron jefe de sede del mundial Sub 17 lo cerré.

- ¿Y hoy en qué trabaja?
- Estoy en Ñublense durante las tardes, en la Sub 16 y 17. En las mañanas realizo entrenamientos personalizados y otros proyectos para incorporar la neurociencia a través de la actividad física. Para eso estoy contacto permanente con municipalidades y colegios.