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SURF

Aritz Aramburu recalca el poder de las olas ariqueñas

En el marco de la competición de El Gringo en el Maui and Sons Arica Pro by Jeep, AS Chile entrevistó al conocido exponente español de la disciplina.

Actualizado a
El hispano conversó con AS.

A pesar de quedar sin opciones de entrar a los 8 mejores del certamen que se realiza en la ex isla El Alacrán; Aritz Aramburu está alucinado con Chile y la cultura chinchorro. Aparte de competir, quedo atónito con los hallazgos arqueológicos de momias encontradas en la isla; alucinó con las empanadas, los mariscales y el pescado frito.

Pese a no ser tan fanático del fútbol, se declara fan de la Real Sociedad. Tiene muy buenos recuerdos del actuar de Claudio Bravo en Anoeta y rememora a la perfección a Marcelo Bielsa cuando dirigió al Athletic de Bilbao: “Era impresionante ver cómo jugaba el Bilbao. Yo no seguía todos los partidos, pero cuando estaba en la calle veía los diarios y Bielsa estaba en todas las portadas”, recuerda.

Pese a que debe volver a España para preparar la próxima fecha del QS que será en Sudáfrica, Aramburu no descarta volver a Chile para conocer las olas recónditas en los más de 4.000 kilómetros de costa que tiene el país.

- ¿Cuándo empezaste a surfear?, ¿cómo fueron tus primeros baños?

- Yo soy de Zarautz, del norte de España del país vasco. Zarautz tiene una playa pegada al pueblo. Todos los veranos, mis padres solían pasar bastante tiempo en ella. Yo era muy inquieto, empecé a agarrar olas siendo muy pequeñito. Con un bodyboard trataba de imitar un poco a los mayores. Los veía a ellos surfear y como era muy revoltoso, los trataba de imitar. Era algo que desde pequeño iba conmigo. Desde los tres, cuatro años que empecé a coger mis primeras olas.

- Después de eso, ¿qué siguió?, ¿en qué momento te decidiste por entrar al profesionalismo?

- Fue todo poco a poco. Empecé a competir en la Federación Vasca como un juego al principio. Era lo que me gustaba hacer, porque era como una reunión de surfistas para el campeonato. Me gustaba estar alrededor. Mis padres nunca habían surfeado, no sabían nada. Ellos disfrutaban viéndome como disfrutaba tanto del mar. A los 14 años, empecé a ganar campeonatos más importantes. Allí me llegaron mis primeros sponsors. Hasta los 18 años estudié en la universidad, hasta que tuve que elegir entre las dos carreras. Ya tenía opciones para convertirme en surfista profesional y elegí eso: viajar y surfear por todo el mundo.

- ¿Cómo es la convivencia entre los surfistas españoles y los vascos?, ¿hay alguna la rivalidad?

- La verdad es que no sabría responderte. Creo que no hay ninguna rivalidad. No tendría una respuesta clara. Prefiero no ahondar en eso porque siempre hay algo.

- En Chile existe poco cuidado con las olas del país. En algunos lugares, el poder económico manda más que el cuidado de la naturaleza y en otros sitios existe poco acceso del público general al mar debido a que muchos balnearios son privados. ¿Cómo es esta situación en tu país?, ¿existe alguna ley que proteja a las rompientes?

- En España el surf es un deporte muy, muy practicado. Cada vez hay más consciencia en preservar las olas y en general la naturaleza. Al final, el surf va ligado al medioambiente. Son casi sinónimos y cada vez hay más sentido común. Es verdad que ya no es sólo el hecho de proteger las olas. Es un poco de todo, ¿no?. El mundo a veces debería tener un poco más de ética y cuidar lo que tanto nos aporta.

- El ejemplo es lo que pasó con Mundaka, ola que por momentos desapareció producto de la intervención del hombre.

- Pues claro. Mundaka es una ola que rompe sobre una ría. Muchos surfistas nos juntamos para preservar la ola y el entorno natural. En un momento, había excavadoras y nos reunimos para detener sus obras. Al final pudimos crear conciencia y la autoridad las detuvo. Con el correr de los meses, la ola volvió y hoy la podemos seguir disfrutando.

- ¿Cuál es tu opinión de Chile y El Gringo?

- Me gustó mucho venir a El Gringo y vivir la cultura chilena. Me encanta viajar a destinos que tienen mucha cultura y Chile es uno de ellos. El Gringo es una de las olas más potentes del mundo y se agradece en el circuito tener ondas de este calibre. Durante todo el año en el QS surfeamos olas más suaves o más pequeñas y la verdad es que meterle un poco de carnaza acá en el tour está muy candente.

- Por último, ¿cómo equilibra Aritz Aramburu el freesurf y el surf competitivo?

- Para mí es un 50 y 50. Me encanta hacer las cosas. Cuando empecé con la competición estaba más centrado con los campeonatos. Todo el calendario lo usaba para enfocarme en los torneos. Aunque el freesurf lo usaba mucho para tranquilizar esa presión. Al día de hoy, entre medio de los campeonatos trato de viajar y descubrir olas nuevas. Me gusta eso de agarrar tu mochila, tus tablas y salir a la aventura. Es la esencia de este deporte.