ADN RadioConcierto Radio
NewslettersRegístrateAPP
españaESPAÑAchileCHILEcolombiaCOLOMBIAusaUSAméxicoMÉXICOusa latinoUSA LATINOaméricaAMÉRICA

Entrevista AS

"Preferí irme de la U porque sentía que en otro club me estaban valorando más"

Manuel Villalobos recuerda con AS su etapa en los azules. Su relación con Marcelo Salas, Sergio Markarián y la charla que tuvo con Sabino Aguad por la que decidió partir.

Actualizado a
Manuel Villalobos recuerda con AS su etapa en los azules. Su relación con Marcelo Salas, Sergio Markarián y la charla que tuvo con Sabino Aguad por la que decidió partir.
ANDRES PINA/PHOTOSPORT

Después de retirarse, Manuel Villalobos se radicó en Iquique, donde vive con su familia. En el año que estuvo en Santiago Wanderers, ‘Villagol’ inició sus estudios para ser entrenador y cuando terminó su carrera se puso a trabajar inmediatamente en la Sub 17 de Deportes Iquique. Su vínculo con los ‘Dragones Celestes’ duró hasta mayo. "Ahora ayudo a mis hijos con las tareas y hago hartas cosas en la casa, algo que antes no hacía mucho (risas)", bromea el ex delantero en conversación con AS Chile.

“Estoy estudiando, hasta octubre viajaba a Santiago, pero con el estallido social y luego con la pandemia, las clases se hacen por zoom. Al principio me costaba, pero después ya se me hizo más fácil. Mi sueño es tratar de dirigir un equipo profesional, pero para eso uno tiene que quemar etapas. No hay que apurarse”, señala.

- Fue extraño su retiro...
- Me hubiese gustado terminar de otra manera, haberme retirado en mi club con mi gente, pero creo que entregué todo. Me hubiese gustado un poco más afuera, pero fueron así las cosas. Me fui tranquilo porque en el lugar que estuve traté de hacer las cosas de la mejor manera.

- Antes de consolidarse en Primera, pasó por varios equipos en diferentes lugares del país. ¿Sufría esas etapas estando solo?
- No me costó tanto porque me fui muy chico de mi casa. A los 11 me fui a Colo Colo a una pensión, donde extrañaba mucho, pero eso lo viví cuando chico. Lo único que quería era hacer las cosas bien y ganarme un nombre. Siempre fui medio gitano para mis cosas (risas).

- ¿Cuál fue su mejor momento?
- En Ñublense viví una etapa muy linda, donde maduré mucho futbolísticamente y personalmente, el profe Marcoleta me aconsejó mucho, la U me pidió bien maduro y tenía que tomar ese desafío.

- Usted se caracterizó por hacer golazos durante su carrera. ¿Cuál es su favorito?
- Sería injusto elegir un solo gol, tengo cuatro. El del Superclásico, que es el que más me recuerdan, es uno. La gente también recuerda uno que le hice a Colo Colo con Iquique pasado de la mitad de cancha, el gol que hice en la final con Huachipato y el gol que le hice a Cobreloa en Calama también desde la mitad de la cancha.

- ¿Practicaba esos tiros?
- Sí. Cuando me quedaba el balón ahí, le pegaba. Normalmente lo hacía en los entrenamientos, trataba de mirar a los arqueros antes de jugar, los analizaba mucho, veía partidos, por ejemplo a (Paulo) Garcés sabía que podía pillarlo, pero otros juegan abajo del arco, entonces es más difícil.

- Es uno de los 10 máximos goleadores del fútbol chileno en el Siglo XXI. ¿Qué representa eso para usted?
- Es extraordinario. Poder estar dentro de los 10 con esos monstruos es un orgullo. Me faltaron un par de partidos para igualar a Paredes… (risas).

- En la U le tocó hacer dupla con Marcelo Salas. ¿Cómo fue esa experiencia para usted?
- Cuando nosotros nos preparábamos para Egipto '97, Marcelo e Iván (Zamorano) se preparaban para Francia '98 y uno decía ‘ojalá el día de mañana estar ahí con ellos’. Trataba de imitar sus movimientos. Después pasó el tiempo y Marcelo fue mi compañero. Fue una etapa para aprender, verlo definir e imitar las cosas que hacía. Marcelo siempre fue buena onda conmigo. Uno lo ve de afuera medio serio, pero siempre tuvo buena relación con ese grupo. Lo que me marcó de él fue que en su carrera jugó con tanta gente importante, compartió con grandísimos jugadores y haber estado en su despedida, fue un orgullo enorme. Siempre lo hablo con mis hijos.

- ¿Qué recuerdos tiene de su etapa con Sergio Markarián en la U?
- El 'profe' renunciaba todas las semanas (risas). Decía que le encontraban todo malo. Salimos campeones y él pescó sus cosas y se fue. Él siempre fue de la misma forma. Nos llamaba la atención cuando decía eso, porque no le gustaba a la gente su juego. Los más grandes le decíamos que aguantara. Uno de afuera puede creer que sea un show para pedir más plata porque normalmente pasa eso que renuncian con elástico. Salimos campeones, estuvo en la fiesta y de ahí nunca más lo vi.

- ¿Tuvo chances de partir al extranjero por su buen nivel en la U?
- Cuando llego a la U jugué mucho con el profe Arturo (Salah) y tuve la posibilidad de irme a Necaxa. A mí me llamó don Arturo y me dijo que estaba prácticamente vendido y que me iban a cuidar. Pasó una, dos semanas, se empezó a enfriar todo y perdí terreno, pero después volví a jugar. Con Markarián alternaba mucho y cuando me tocaba jugar siempre hacía goles.

- ¿Por qué no se dio la venta?
- Necaxa me quería comprar pero la U cada vez iba pidiendo más, hasta que el club se aburrió y no se llegó a concretar. Ahora creo que podría haber sido más fácil salir a México, por ejemplo, porque hoy tu juegas seis meses bien y hay muchas posibilidades, representantes, hoy el fútbol se ve en más partes.

- Después se fue de la U. ¿Por qué no siguió?
- Tuve una reunión con Sabino Aguad y me dicen que querían seguir conmigo, que querían renovar y las estadísticas decían que había hecho 32 goles en dos años. No llegamos a acuerdo, las pretensiones no eran las que yo querían y decidí irme. No alcanzamos ni a negociar porque Aguad me dijo que querían que siguiera por la misma plata. Tú para negociar tienes que subir un poco, 10 pesos, 100 o mil para empezar. Preferí irme de la U porque sentía que en otro club me estaban valorando más por lo que había hecho futbolísticamente. Mi sueldo no era mucho, era una apuesta, digamos, porque don Arturo no me conocía mucho, entonces fui por un sueldo no muy bajo, pero pensé que me iban a valorar. De la gente no hay nada malo para decir, siempre me quiso, querían que entrara, pero el tema fue no arreglar con los dirigentes.