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Entrevista AS

Era ídolo de su club y optó por partir: "Necesitaba cambiar de aire; fue traumático"

Matías Cano, fichaje de Cobreloa, revela a AS la desconocida carga emocional que tuvo en Coquimbo. El descenso y la Sudamericana le pesaron.

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El ex capitán 'pirata' revela a AS la desconocida carga emocional que tuvo durante un año. El descenso y la Sudamericana fueron pesos que recién se pudo sacar.
JAVIER VERGARA/PHOTOSPORT

"¿Me das 30 segundos para terminar de preparar el mate?". De esa forma, Matías Cano (35) se prepara para atender a As Chile vía telefónica. Tuvo semanas de absoluta desconexión tras anunciar su partida de Coquimbo luego del ascenso a Primera División y ahora reapareció como flamante fichaje de Cobreloa.

Su partida, eso sí, caló hondo en el elenco 'Pirata'. "Venía analizándola hace rato. Hablé con mi mujer y habíamos pasado por momentos realmente duros y si no estabas fuerte de la cabeza te podías tambalear. Fue una seguidilla de emociones", dice.

- ¿De qué tipo?
- Primero, jugar la Copa Sudamericana, llegar a la semifinal y a los 30-35 días de eso, perder la categoría. Una cosa tan linda como fue lo de la Copa no lo pude disfrutar por la sensación que nos dejó la pérdida de categoría. Siempre dije que iba a ser un golpe duro, pero nunca me imaginé que iba a repercutir a nivel personal.

"Desde que nosotros perdimos la categoría ante Palestino, todos los días me levantaba, me miraba al espejo en el baño y veía la cara de Gamboa (juez de ese partido) tocando el silbato y nosotros descendiendo (...) Fue traumático"

Matías Cano, ex capitán de Coquimbo Unido.

- ¿A qué se refiere?
- A que tomé la decisión apresurada de quedarme en el club para poder sacarme esa espina clavada. ¿Fue una decisión en caliente? Sí, pero lo volvería a hacer. Cuando en 2018 me trajeron, lo hicieron con el objetivo de hacer subir el equipo a Primera y todo lo que vino después en Primera fue una yapa. No estaba en los planes de nadie clasificar a una Copa y menos llegar a una semifinal. Esos nueve meses que pasamos realmente fueron... la victorias no se disfrutaban tanto como cuando sufríamos por los empates o derrotas. Para mí se convirtió casi que en un capricho volver a Primera. La pasé mal durante todo el torneo. Por eso la explosión, la algarabía, tanto llanto, porque sabía que se había terminado una etapa y no era que iba a decidir después del ascenso. 

- Entonces era una decisión tomada la de partir.
- Sí. Sabía que iba a ser el último torneo en Coquimbo al menos en esta etapa. Necesitaba cambiar de aire, sacarme el estrés y plantearme nuevos objetivos.

- ¿Le encontró alguna explicación a por qué le afectó tanto el tema del descenso?
- Es que cuando juegas en Coquimbo te terminas haciendo hincha. No es mentira. Hablaba con 'Carlitos Carmona', que es de la ciudad, y él me decía que cuando jugaba en otros lados le decía a sus compañeros que cualquiera que jugara en el club se hacía hincha. Ya me lo habían dicho antes de venir y la verdad es que es así. Es un sentido de pertenencia realmente de corazón. La gente es muy esforzada, que no niega su humildad, sus raíces, es un club que se parece mucho a los de Argentina. Los hinchas tienen participación en todo momento.

- ¿Por qué fue tan estresante esta etapa?
- Por los jugadores de jerarquía que llegaron y el plantel en total que se formó, parecía que teníamos que ganar todos los partidos 3-0 y era difícil. Te voy a decir algo: desde que nosotros perdimos la categoría ante Palestino, todos los días me levantaba, me miraba al espejo en el baño y veía la cara de Gamboa (juez de ese partido) tocando el silbato y nosotros descendiendo. Era una sensación que no se puede explicar. Todos los días recordaba ese momento. Fue traumático. Veía esa imagen todos los días para ir a buscar la revancha.

- ¿Cuándo pudo dejar de pensar en esa imagen?
- Recién al otro día de haber sido campeones. Ahí veía a (Ángelo) Hermosilla, el árbitro del partido final. Haber cumplido el objetivo no tiene precio. Hablar con mi familia y decirles: 'nos vamos a quedar acá, yo me quiero quedar porque a las adversidades se las combate, no se sale corriendo'. Después tener la posibilidad de celebrar en la cancha con tus hijos es simbólico. Creo que fue una enseñanza de vida para ellos.

Matías Cano, cerrando su etapa en Coquimbo con el título del Ascenso 2021.
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Matías Cano, cerrando su etapa en Coquimbo con el título del Ascenso 2021.JAVIER VERGARA/PHOTOSPORT

- En esos nueve meses, con la imagen tan presente del descenso, ¿podía descansar tranquilo?
- Uno es profesional y tiene que estar preparado para lidiar con esas cosas. Si no estás fuerte de la cabeza, la pasas mal. Quería sacarme ese recuerdo. Después, cuando apoyaba la cabeza en la almohada, sentía que no lo debía nada a nadie. Lo que pasó, pasó y es un deporte en conjunto, donde perdemos todos y ganamos todos.

- ¿Cuánto le costó publicar ese mensaje de despedida teniendo en cuenta los sentimientos que tiene para con el club?
- Me hice un tatuaje de Coquimbo el día después de irme. Es como que cerré esa etapa con eso. No quiere decir que sea más hincha que mis compañeros, pero cada vez que vea el tatuaje, recordaré esa etapa. Me gustaría volver y devolverle al club todo lo que me dio. Si no es como jugador, en cualquier otra etapa de mi vida para poder ayudar. Cuando uno encuentra su lugar en el mundo, es difícil irse. Pero no por ser el lugar de uno, hay que quedarse. Antes de publicar ese mensaje, me comuniqué con la gente del club, que se portó una maravilla conmigo, y les dije que no quería seguir más en el club. Me parecía que el trabajo estaba cumplido. No me costó despegarme del club, porque es un sentimiento que nunca se me va a ir.