Se reencontró con su hermano en una cancha después de 12 años: "Fue una experiencia linda"
Este sábado, Felipe y Orlando Gutiérrez vivieron un momento muy especial: se enfrentaron en un amistoso en San Carlos de Apoquindo. El segundo de ellos relata la situación.
Este sábado, Universidad Católica tuvo el primer amistoso de su pretemporada. En San Carlos de Apoquindo, el tetracampeón del fútbol chileno se midió ante Quintero Unido y festejó en dos tiempos de 20 minutos. El primero terminó 6-0, con goles Diego Valencia (3), Gonzalo Tapia, Luciano Aued y Clemente Montes, mientras que el segundo finalizó 2-0 con un doblete de Bruno Barticciotto.
Sin embargo, más allá de los resultados, hubo una escena que llamó la atención en Las Condes: fue el enfrentamiento que protagonizaron los hermanos Gutiérrez. Felipe defendió a la UC y Orlando, ya retirado del fútbol, vistió la camiseta de Quintero Unido. "Fue una experiencia linda", cuenta el ex lateral en diálogo con AS.
- ¿Por qué?
- O sea, estuvimos pocos minutos juntos en cancha, pero básicamente fue porque fui a apoyar a Quintero Unido, sabiendo que ellos están en una etapa de confección de plantel y hay poca gente. Felipe me pidió que vaya a apoyar. Estuvimos casi 25 minutos compartiendo en cancha y fue bonito. Es uno de los sueños que desgraciadamente no pude cumplir: haber jugado un partido oficial contra mi hermano. Una lesión que tuve me obligó a retirarme antes de lo presupuestado y no se pudo cumplir, pero jugar este tipo de amistosos, en un ambiente preparatorio-recreativo, es bueno para mí y para mi hermano.
- ¿Hubo algún diálogo con Felipe? ¿Una patadita?
- No (ríe). Obviamente lo cuido, porque Felipe viene de una lesión grande, que lo tuvo afuera un año, y ponerme a hacer tonteras va en contra de mis principios y del objetivo del partido. Solo admiré su juego y el de Católica. En el camarín hablábamos con los chicos de Quintero Unido y decíamos que era súper difícil competir con el tetracampeón y todos los condimentos que tiene el club. La idea era la experiencia y comparar un poco la elite del fútbol chileno con la Tercera División, donde hay muchos menos recursos y preparación. Así que, en ese sentido, fue una experiencia linda para los chiquillos de Quinteros, y para mí con mi hermano, que no todos los días podemos hacer esto.
- ¿Era la primera vez que se enfrentaban?
- En cancha, segunda vez. La primera fue cuando yo estaba en Barnechea y él en Católica, en 2010, y jugamos un amistoso en la misma cancha. Ahora, después de 12 años, nos reencontramos en este partido.
- ¿Qué le ha parecido el nivel de su hermano en la UC? Cuando llegó, mucha gente dudó de él por sus problemas físicos...
- Sí, es normal... O sea, es entendible que la gente, los clubes y los profes, puedan dudar de una lesión que lo tuvo parado un año, que no es menor. Pero Felipe ha demostrado ser un profesional absoluto durante toda su carrera. En los clubes que ha estado, ha dejado una huella muy positiva. Y yo sabía que Felipe, tarde o temprano, iba a tener su segunda oportunidad en Católica y hoy está cumpliendo bien. Se recuperó antes de lo presupuestado y participó con buenas actuaciones en el campeonato. Desgraciadamente, no tuvo el final de torneo que quería, por una lesión en la rodilla, pero aportó. Él es muy autocrítico y sabe lo que hizo bien y lo que hizo mal, y que tiene que mejorar mucho para poder aportar más que el año pasado.
- ¿Qué le ha comentado él sobre su momento en la UC?
- Él está feliz. Hay gente que pasa por un club, y no es hincha. Pero Felipe siempre ha sido hincha de los clubes en los que ha estado. Desde Europa siempre estuvo pendiente de Católica, seguía los partidos... Y hoy, estar jugando, lo tiene muy motivado. Viene una Copa Libertadores, nuevas contrataciones y eso le genera competitividad. Ahora vimos el caso de que llegó Galani, que va a ser competencia de él. Los grandes deportistas y grandes competidores, en vez de venirse abajo con otras contrataciones, se motivan al doble, y también para los desafíos que tienen, como la Libertadores. Felipe me dice que está contento y a gusto en el club, con los compañeros y el cuerpo técnico.
La vida de Orlando Gutiérrez tras el retiro
- ¿Cómo va su vida después del adiós al fútbol profesional? Usted se retiró a los 31 y después estuvo en el Fútbol Joven de Deportes Puerto Montt...
- Mira, yo sigo adelante, más allá de la adversidad. No te puedo decir 'estoy mal', ni tampoco 'estoy bien'... Trato de motivarme con lo que tengo. O sea, cuando fui jugador de fútbol, empecé sin cadetes. Salté del barrio, de la Tercera División, a Primera en Chile, que es difícil. Y lo hice con mucha disciplina y responsabilidad hasta mi último día. Entonces, mi carrera en sí fue motivación, perseverancia, y hoy día es lo mismo. Tengo principios y valores que no voy a transar y no los voy a cambiar. Estoy en lo mismo: motivado en los objetivos que tengo. Trabajé dos años en Puerto Montt y, lamentablemente, nos tocó la pandemia y el trabajo formativo, como todos los clubes en Chile, no se pudo concretar. Quedó inconcluso y aporté en un club donde el tiempo lo dirá si lo hice bien o no, y hoy estoy con nuevos proyectos.
- ¿Qué tipo de proyectos?
- Me trasladé a la Quinta Región. Mi sueño es trabajar en un equipo importante como Everton, donde jugué, y estamos ahí, en conversaciones con la gente del club para poder trabajar. Es lo que quiero: integrarme a un club donde me sienta partícipe y donde también estve como jugador, para poder transmitir, ahora como profe, lo que uno pudo absorber en el tiempo que jugó. Y también estoy con unos proyectos personales, municipales, con escuelas formativas de verano... Pero esperanzado en poder trabajar en un club profesional, que es mi sueño.
