ENTREVISTA AS
¡Correrá 350 km sin parar! La chilena que viajó a Italia para un desafío increíble
La atleta Verónica Lobos competirá esta semana en el Tor des Géants, en el Valle de Aosta: “Espero terminar en menos de 130 horas, al quinto día”.
Verónica Lobos comenzó a correr desde cero en 2012. Hoy, solo diez años después de su inicio, se apronta para su máximo desafío: será la única atleta chilena en competir en el Tor des Géants, en el Valle de Aosta, Italia. El reto para esta carrera de montaña es brutal y pone a prueba la resistencia física de los más preparados: se trata de una carrera non stop de 350 kilómetros con más de 30 mil metros de desnivel positivo. Su avance, en tan poco tiempo, ha sido notable.
“A mí me sorprendió que en los primeros cuatro o cinco años se me hizo muy fácil subir de distancia. En 2014, cuando partí en cerro, comencé con 42 kilómetros y terminé el año con 80. Cada dos meses subía de distancia, lo que quizás no es lo recomendable (ríe). Pero siempre fui así. Cuando iba al gimnasio también, le ponía harto peso a la máquina. Después empecé a hacer mucho ejercicio funcional para no lesionarme y eso me ayudó”, dice a As.
- ¿Qué la motivó a empezar a correr?
- Yo tomaba mucha cerveza y quería bajar de peso, es la verdad. Cuando uno parte, regularmente corre para bajar de peso, pero luego es al revés: bajas de peso para correr mejor. Así partí, y de alguna forma también me ayudó para escapar del día a día, de la rutina del trabajo. Cuando descubrí que se podía correr en cerro, que yo no sabía eso al principio, fue espectacular. Me levantaba a las cinco de la mañana para que no me topara con el horario laboral.
- ¿Le costó esa rutina?
- Sí, al principio me costó. Dejar esa vida más normal, con el happy hour de las tardes, o dejar de fumar. Mi cambio vino cuando contraté a mi primer entrenador. Me decía “ya, no puedo gastar plata en esto y además estar gastando en cigarros”.
- ¿Cuál ha sido la carrera que la hizo sentir más satisfecha?
- Tengo tres: en distinto orden, primero fue Putaendo 2014. Fue maravilloso y lo pasé increíble, y caché que se me hizo muy fácil correrla. Llegué a la meta y sentí que me quedaba energía todavía. Después, Bigfoot en 2018, en Estados Unidos. Fue de 200 millas, algo así como 335 kilómetros. Y esa la recuerdo porque el objetivo era llegar. No sabía si iba a poder hacerlo, pero lo pasé increíble. Disfruté del primer al último kilómetro. Iba en el kilómetro 250 y no me dolía nada. Me demoré 96 horas, pero lo pasé bien. Y la última fue ahora, en 2022, en Patagonian Running, fue uno de mis peores desempeños, pero fui sin preparación, solo a probar mi pie, porque venía saliendo de una fractura. Dije “ya, si no la termino, entonces no puedo seguir durante este año”. Pero la terminé, y con lluvia y todo, fue súper dramático (ríe).
- El próximo desafío en Italia es sorprendente: son 350 kilómetros non stop. ¿Cómo se prepara para una carrera así de ardua?
- Sí, son 350 kilómetros, con más de 30 mil metros de desnivel positivo. Lo veo muy difícil también. Esta carrera la han corrido más chilenos, pero habitualmente ha sido en equipo, y yo voy sola. Y siempre que corro voy como de vacaciones, sin equipo de acompañamiento ni nada. Entrené con unos amigos que son increíbles, y que ya corrieron ahí, y me apoyé mucho en sus experiencias. Me aconsejaron cómo cambiar el ritmo. Es casi como una caminata continua, como una marcha. Tratar de ahorrar al principio y quitarles tiempo a los puntos de corte, que son quince, si no me equivoco. Voy a la aventura, para serte sincera (ríe). Trato de prever los factores controlables, pero a darle no más.
- ¿Cuál es su expectativa en la carrera?
- Llegar a la meta ya es ganar, pero quiero hacer todo lo posible por terminar la carrera en menos de 130 horas. Eso sería al día cinco de carrera. Si es menos, mejor aún.