“Cuando chica me hicieron mierda y dudé de mi sexualidad por lo que me gustaba hacer... Hoy los niños me idolatran”

Este domingo 31 de agosto, ‘La Catalina’ vivirá uno de los días más importantes de su carrera. La superestrella chilena de la lucha libre mexicana competirá en la WKC (Wrestling Knock Out), siendo la figura más destacada del evento que se desarrollará en Base Venue, Independencia.

“Estoy muy feliz de estar acá otra vez, de poder luchar de la mano de WKC y va a ser un evento muy entretenido, con muchos luchadores que no veía hace caleta, entonces es muy bacán estar con ellos”, comienza diciendo a AS Chile.

A días de su presentación, la chilena habla con AS sobre su vida en México, donde es idolatrada. “En Chile aún no lo ven como un trabajo, lo ven como un hobby, entonces estoy muy contenta de poder venir a enseñar lo que hago en México y que funcionó: una chilena triunfó allá”, agrega una de las caras principales de la compañía Consejo Mundial de la Lucha Libre.

- ¿Cuánto le costó conseguir el reconocimiento y el puesto que hoy tiene en otro país?

- Me costó caleta. Me costó bullying, que mi familia no creyera en esto, que no quisieran apoyar. Me costó luchar ante 20 personas... Fue un largo camino con mucho sacrificio. Luego, ir a Estados Unidos, donde quiero destacar a otros chilenos...

- ¿Quiénes?

- XL (Alejandro Sáez) y Zatara, que fue la primera mujer en ir. Ellos abrieron la puerta y yo firmé el primer contrato. Akari está triunfando en Japón y nunca se le ha dado la importancia a este deporte, porque pueden decir que es actuación, pero es muy complicado. Yo sí me llevo mis golpes, me he lesionado, me fracturé la nariz, tuve mi cerebro inflamado... No es fácil llevar una alimentación sana, comprarte un traje y salir de tu país a hacer historia... Hay que tener ovarios para hacerlo.

- Dice que esto en sus comienzos le costó sufrir bullying. ¿De qué forma lo veía?

- (Ríe) Es muy chistoso, porque cuando era chica a mí me hicieron cagar, me hicieron mierda, tanto así que después me preguntaba si me gustaban las niñas. Dudé mucho de mi sexualidad por lo que me gustaba hacer. Me hicieron caer muy bajo en muchas cosas que ni siquiera debería haber pensado. A los niños hay que dejarlos hasta que sean grandes y que ahí decidan.

- ¿Y la familia hoy confía en lo que hace?

- Hoy sí, lo miran con admiración porque no pensaban lo lejos que podía llegar y lo capaz que era de hacer tantas cosas. Esto queda como una lección para los que lean la nota: si eres papá o mamá de alguien que quiere hacer algo que para ti es “loco”, apóyalo, porque no sabes si el día de mañana le pueda ir bien.

- ¿Qué piensa del momento de los chilenos en esta disciplina?

- Tenemos el ejemplo de Stephanie (Vaquer) que está triunfando en Estados Unidos y recién ahora pusieron el ojo en los luchadores, pero hace mucho tiempo otros también lo hicieron. Hay que tomarle el peso a que estamos poniendo la lucha libre chilena en el mapa. La lucha libre es para la familia, los niños, para todos.

“Allá es una vida de famosa y en Chile es un poquito tranquila”

- ¿Cómo es su vida en México?

- Allá los niños me idolatran. A mí me da mucha vergüenza ver que los niños van con el pelo pintado rosado, pero es bacán ser el ejemplo o un ídolo para 16 mil personas que llenan una arena. Estar ahí no es fácil y yo fui una de las privilegiadas.

- ¿Y le gustaría replicar eso en Chile?

- Sí, quiero que se sepa el sacrificio que hice y el que han hecho los luchadores de aquí. Es que yo partí en el Club Chocolate, en el Metro San Joaquín... Me hice de abajo y sé cuánto cuesta.

- ¿Y el día a día fuera del trabajo? ¿La reconocen en la calle? ¿Puede salir tranquila?

- En México es muy complicado (ríe). Nos paran en todos lados, no puedo salir a comer, a la plaza, al supermercado, porque siempre nos piden fotos y yo no puedo negarlas, porque me hice gracias a ellos. México me ha cubierto la espalda increíblemente y crecí demasiado ahí.

- ¿Qué ha sido lo más extraño en ese sentido?

- A veces me tienen que sacar entre muchas personas de una arena porque no me dejan salir. Hace poco fui a un estadio de fútbol (de Club León) y estaba lleno. La gente me gritó, se hizo viral el video... Allá es una vida de famosa y en Chile es un poquito tranquila.

- ¿Y en la prensa también?

- También. Cuando me casé, salía en el periódico, si me lesiono también. Hasta hubo un rumor en el que se habló que con mi esposo nos íbamos a divorciar y fue muy loco, porque estábamos juntos en la casa cuando salió en las noticias (ríe).

- ¿Se imaginó alguna vez llegar al lugar donde está?

- Me emociona mucho porque no pensé llegar tan lejos. Me dieron el galardón ‘Líderes que inspiran’ que es un premio nacional de México y fue algo muy loco, porque le decía a mi esposo ‘no sé cómo llegué a esto’.