De la TV al deporte: “He conectado con una parte muy femenina”

Mariana Marino (42) apostó en el último tiempo por su faceta menos mediática. Sin embargo, según sus palabras, es la que le ha permitido conectar consigo misma y alcanzar una nueva sintonía: la modelo argentina es, además, instructora de pilates, disciplina que comenzó a practicar en 2014.

Hoy imparte clases de manera presencial y a través de Top Class Academy, donde ofrece un curso “dirigido a un público transversal y donde se desarrolla el cuerpo, la mente y el espíritu”.

“Yo comencé a practicar pilates en una búsqueda de algo que me gustase hacer y donde además trabajara mi cuerpo. En ese momento no estaba muy conectada con el gimnasio. Y en pilates hallé algo muy profundo para mí. Tenía muchos beneficios”, dice, en diálogo con AS.

- ¿Cuándo se transformó en instructora?

- En 2015 empecé a hacer talleres de certificaciones, básicos primero y otros más avanzados después, como pilates para embarazadas. Y en la misma academia donde hice las prácticas, me quedé trabajando. Ya llevo ocho años en eso. Cuando inicié, no había muchos centros de pilates, no estaba tan de moda, y yo lo encontré y me sirvió mucho. Me conectó con mi infancia, incluso, porque yo cuando niña practiqué danza clásica mucho tiempo.

- Actualmente, sus redes sociales, y en particular Instagram, están enfocadas en rutinas y consejos relacionados al pilates. ¿Cómo ha sido la recepción de sus seguidores?

- Siento que he tenido un reciclaje de seguidores. A ver, a reciclaje me refiero a que hay mucha gente que me deja de seguir, porque quizás seguían a una Mariana que estaba en otra sintonía, en otra frecuencia… Hoy, por ejemplo, me siguen muchas más mujeres que hombres, siento que he conectado con una parte muy femenina. Ellas me preguntan qué les aconsejo, si el pilates les sirve para algo en específico, si están en la casa cómo hacer rutinas o dónde me pueden encontrar, cosas de ese tipo.

- Imagino que también recibe felicitaciones...

- Sí, y me encanta, porque es el feedback que necesito. Estoy creando algo nuevo, finalmente. Conecté con una parte más humana, más terrenal. Antes, quizás, en mi otra faceta se me acercaban mucho más los hombres y hoy son las mujeres. Hay otra sintonía. Pilates tiene que ver con conectar de todos modos con la parte física, pero desde el lado amigable, no desde la autoexigencia.

- ¿Hoy también va al gimnasio?

- Entreno, hago rutinas de gimnasio con peso, pero tampoco demasiado, soy muy cuidadosa de mi físico y eso me lo hizo entender el pilates también. La relevancia de las articulaciones, las posturas… de todos modos el gimnasio me sirve para poner en práctica lo que aprendo en pilates y para tonificar la musculatura. Tengo certificación en danza primal, en meditación… pero hoy sigo siendo aprendiz, de hecho, en un entrenamiento de coaching. Todo me sirve para el desarrollo de mis clases, de lo que estoy entregando día a día.

- Si tuviese que dar un consejo a alguien que quiera incursionar en pilates, ¿qué le diría?

- Personalmente, creo que pilates tiene que ver con la conexión con el cuerpo, pero no con lo estético, sino con lo interno. Eso hay que saberlo. De hecho, el pilates lo que genera es que activemos músculos que están en la profundidad de nuestro cuerpo, no los superficiales o más externos. Ese es el propósito mayor, donde utilizamos un ancla fundamental que es la respiración y la atención absoluta. No es lo mismo estar en pilates que en una clase de aerobox, por decir algo.