ENTREVISTA AS
Es una leyenda argentina, hoy vive en Chile y tiene un sueño: “Me encantaría que mis hijos...”
“El deporte te da compromiso, te genera amistades, te hace fuerte mentalmente”, dice Luciana Aymar, la mejor hockista de la historia.
Luciana Aymar (47), la mejor hockista de todos los tiempos, lleva cerca de ocho años radicada en Santiago. En 2016, comenzó una relación con el tenista Fernando González y rápidamente determinó venirse a Chile. A partir de ese vínculo nacieron sus hijos Félix (4 años) y Lupe (3 años), lo que obviamente estrechó de una manera única su ligazón con nuestro país.
Acá, ‘Lucha’ se ha encargado de promover el deporte femenino y entregar su enorme experiencia a las más jóvenes. Hoy es socia, además, de Women4Sports, una plataforma que impulsó la creación de Épicas, un libro que reúne a 80 mujeres deportistas que han redefinido sus disciplinas y que aportaron con sus relatos.
“Me siento feliz de poder acompañar este proyecto que, como tú dijiste, es único en Chile. Acá tenemos 80 historias de deportistas que son extraordinarias, seguramente hay muchas más, pero no dudo que este libro va a inspirar a nuevas generaciones”, dice a AS.
“Me parece que es un lindo reconocimiento para todo el esfuerzo que todos los deportistas hacen. Pero bueno, en el caso de la mujer, que estamos buscando quizás tener más igualdad, me parece que está buenísimo, porque desde W4S estamos buscando eso: empujar, dar apoyo, que tengan el reconocimiento que se merecen por todo el esfuerzo que hacen día a día”, complementa.
- A comparación de Argentina, ¿acá aún falta mucho apoyo a las deportistas?
- Lo que pasa es que en Argentina tenemos una cultura deportiva muy grande, muy fuerte. La familia argentina se maneja... Su cotidianidad es a través del deporte. Entonces, allá la mujer deportista está mucho más posicionada, tiene más visibilidad y reconocimiento.
- Fernando decía, en la presentación del libro, que para ustedes es fundamental que sus hijos comiencen desde ya a hacer deporte. ¿Cómo ha sido ese proceso con Félix y Lupe?
- Nosotros queremos que nuestros hijos vivan... más allá de que elijan ser profesionales o no, de alto rendimiento, queremos que practiquen un deporte, tanto individual como colectivo, porque sabemos y somos conscientes, porque lo vivimos, que el deporte te da un montón de herramientas, te educa, te forma de una manera que después uno lo lleva a la vida. El deporte te da compromiso, te genera amistades, te hace fuerte mentalmente, te crea personalidad. Así que me encantaría que mis hijos practiquen deporte.
“En el pádel las cosas no me salen como en el hockey, pero...”
La trasandina, que dejó el hockey profesional el 7 de diciembre de 2014, ha encontrado en el pádel un nuevo desafío, eso sí, de manera recreativa. Sin embargo, admite a AS que su competitividad no le permite simplemente relajarse y disfrutar: necesita hacerlo bien.
- Supe que está jugando pádel.
- Intentando, jajajá.
- ¿Y cómo empezó?
- Empecé para hacer un hobby y entretenerme un poco. Y la verdad que me entretiene, pero a la vez me crea mucha competencia. Y digo, bueno, al final no quería tener competencia pero me doy cuenta que no puedo jugar así por jugar. Termino peleándome conmigo misma, como lo hacía cuando jugaba hockey, me enojo mucho. Pero bueno... Me divierte, lo juego con amigos, y encontré la competencia que, más allá que en un momento dije que no la quería más, creo que el deportista la necesita, y más luego de tenerla durante 30 años en tu vida, ¿no?
- ¿Le va tan bien como en el hockey?
- (Sonríe) Siempre trato de buscar la mejor versión de mí en cada cosa que enfrento y también lo hago en el pádel... Las cosas no me salen como el hockey, pero lo intento, jajajá.