ENTREVISTA AS | PARTE I
Estuvo en un reality en Chile, superó la anorexia y hoy es campeona de fisicoculturismo
La argentina Melina Figueroa tiene una fuerte ligazón con nuestro país. Hoy reside en México, donde ganó un oro en bikini fitness. “Tiene un valor sentimental”, dice a As.
Melina Figueroa (31) sorprendió a todos el pasado lunes 17 de octubre. La modelo argentina, que se hizo famosa en nuestro país por haber participado en los realities Amor a Prueba y Doble Tentación, subió una fotografía a su Instagram luciendo el primer lugar de la categoría Bikini Ángel en la competencia FitnessMania México, una liga deportiva de fisicoculturismo. Con esta consecución, además, logró el estatus de Pro Elite Athlete.
“Sí, ha sido todo un desafío. Tuve muchos altibajos, incluso pensé que no llegaría a la competencia. Hasta un día antes me agarró un bajón y no quería saber nada”, comienza diciendo a As. Esta disciplina fue un método de superación de una grave enfermedad que sufrió la trasandina cuando era apenas una adolescente: la anorexia. Ahora, tras el nacimiento de sus dos hijos, retomó los entrenamientos y quiere continuar.
- ¿Cómo superó el bajón del que me habla? Finalmente terminó ganando...
- Mi esposo y amigos me ‘coachearon’ y me motivaron. “Si ya llegaste hasta acá lo vas a lograr”, me decían. Cuando llegué me di cuenta que había muy buenos competidores, y uno siempre se tira para abajo (ríe), pero me acuerdo que una persona que pasó por fuera del recinto, cuando yo estaba descansando, me dijo “tú vas a ganar” y fue como “wow”. Si los demás me veían como ganadora, ¿cómo yo no? Después subí a la tarima, comenzaron a dar los puntajes y cuando quedé entre las últimas tres ya estaba muy emocionada, pero después anuncian que yo era la ganadora y sentí algo muy fuerte. Este título tiene un valor sentimental, no solo por el esfuerzo físico, sino por el esfuerzo mental. Siempre busqué un título de categoría pro y ganarlo ahora, después de ser mamá, es increíble.
- Esto le permite viajar a Las Vegas el próximo 11 de noviembre a una competencia más exigente. ¿Cómo será eso?
- Es un Mundial, van competidores de todos los países, pero solo pueden participar quienes tengan un título pro. Al yo haberlo ganado ahora, me otorgan un pase con todo incluido, con vuelos, viáticos, hospedaje. Obviamente hay un nivel más alto y es todo un reto. Es una meta mucho más grande que la que me puse ahora. Pero pienso que, si se me dio esta oportunidad, la quiero aprovechar, no dejarla pasar.
- ¿En qué momento decidió comenzar a practicar fisicoculturismo?
- Como he contado en un par de ocasiones, yo padecí anorexia cuando chica, y la verdad es que fue una batalla muy difícil, muy dura. Tardé 13 años en salir de eso. Además de tener el apoyo, tener fe en Dios, lo otro que me impulsó fue empezar a entender la importancia de los alimentos y la función que cumplían en mi cuerpo. Eso lo fui relacionando con el ejercicio, comencé a ir al gimnasio, empecé a liberar endorfinas, a sentirme más fuerte, de mente y de cuerpo. Mi primera competencia, de hecho, fue en Chile. Andrea Madriaza, una coach muy conocida, me contó acerca de este tipo de campeonatos, que yo desconocía… Ella fue la que me impulsó. Un día me dijo “Meli, tienes cuerpo de bikini”, y yo “¿qué es eso?” (ríe), y ahí me contó todo. Nos preparamos y gané la competencia.
- ¿Cómo es compatibilizar el deporte profesional con un rol tan demandante como el de madre?
- La verdad es que sí es todo un desafío (ríe). En mi primer embarazo se me despertó un hipotiroidismo, con todos los síntomas. Es una enfermedad que muchas veces te deja tirada en cama tres o cuatro días, con dolores musculares, calambres, falta de memoria, lo que se suma a las responsabilidades del día a día y de ser madre… Se hace difícil. Y es una enfermedad silenciosa, porque a veces el resto te ve bien, pero tú no lo estás. Después me puse a profundizar, busqué alternativas naturales para mejorar, y encontré una especialista en México, una doctora, que me ayuda a mantener la tiroides más o menos controlada, haciéndome estudios prácticamente cada dos semanas. Y lo de mis hijos, claro, a veces termino mi segundo entrenamiento del día a la una de la madrugada, porque en la tarde debo estar pendiente a ellos y yo siempre los voy a priorizar. Así que simplemente acomodo mis horarios.
- Usted es un persona pública, que tiene muchísimos seguidores en redes sociales. Hasta allí llegan comentarios positivos, pero también negativos. ¿Cómo lidia con eso?
- Con todo este tiempo, con todos estos años que llevo en redes sociales o programas de televisión que eran muy vistos, aprendí a lidiar con los haters. Generalmente, son personas que son infelices, que tienen inseguridades y tratan de proyectarlas en otros, o que están pasando momentos malos. Un amigo de mi esposo una vez me dijo “es mejor ser la persona fuerte que tiene que tolerar esa clase de comentarios, a ser la persona que ataca y tira mala vibra”. Claro, no falta el comentario hiriente, pero creo que aprendí a manejarlo.