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Entrevista AS

La medallista chilena que estudia Derecho: “Ha sido difícil este año; no me queda tiempo de ocio”

Catalina Núñez es seleccionada nacional de vóleibol. Ganó la presea de bronce en los Odesur 2022 y, además, va a la universidad: “Me gusta la carrera”.

La medallista chilena que estudia Derecho: “Ha sido difícil este año; no me queda tiempo de ocio”

Los Juegos Panamericanos de Santiago están cada vez más cerca. La cita, que comienza el 5 de octubre, reunirá a cientos de deportistas nacionales y una de las que tendrá el privilegio de ser parte es Catalina Núñez (22). La seleccionada de vóleibol ansía disputar lo que será el certamen más importante en su carrera. “Sabemos que vienen equipos súper fuertes, pero estamos en casa. Simplemente hay que demostrar todo lo que hemos entrenado todos estos años”, adelanta.

Sin embargo, su carrera deportiva no es su única preocupación, ya que en simultáneo estudia Derecho en la Universidad de Chile. Actualmente, la joven armadora del Club Deportivo Murano cursa cuarto año, y no niega que se le ha tornado más difícil la compatibilización de ambos frentes. “Hasta este año iba perfecto, nunca me costó organizarme. Soy muy estructurada, tengo claro qué días tengo que estudiar qué cosa, y hasta tercero diría que fue sencillo. Pero cuarto ha sido el año más pesado”, dice, en conversación con AS.

- ¿Tan así?

- Sí. Incluso he tenido que optar por asistir a una clase o estudiar para una prueba. Además, ahora estoy entrenando con la Selección los lunes, martes, jueves y viernes. Y con la U entreno el miércoles. Ahora último hemos tenido partidos los sábados y domingos también, entonces no me ha quedado mucho tiempo de ocio (sonríe).

- ¿Por qué escogió Derecho?

- Es una carrera que a mí siempre me llamó la atención, desde que estaba en primero medio… nunca me costó decidirme. Nadie me influenció, fue algo mío. Conocí el Derecho por la tele, en series, podría decir (ríe), y me terminó gustando. A veces se hace algo pesada y pienso “¿por qué la elegí?”, pero no es porque no esté contenta con ella.

- ¿Y cuándo comenzó su afición por el vóleibol?

- Yo comencé en 2011, en el colegio. Antes hacía balonmano, pero nunca fue un deporte que me gustara mucho, la verdad. Quise probar con otro, y justo se dio que mi mamá jugó vóley un tiempo, de manera bien recreativa, entonces intenté ahí. Y me gustó al tiro, en el primer entrenamiento que quise quedar. Mi DT en el colegio era Jorge Puntarelli, que después se fue a la UC y me llevó con él, entonces fue todo muy rápido.

- ¿En qué momento decidió que quería practicarlo de manera profesional?

- (Piensa). Ya ni siquiera tengo recuerdos míos en los que no esté jugando vóleibol, porque partí muy chica. No sé si tengo un momento exacto, pero podría ser en 2015, cuando me llamaron a la Selección por primera vez. Pero simplemente se fue dando. Siempre pongo como prioridad al vóley. Prefería mil veces ir a jugar y perder alguna clase, y eso continúa un poco hasta hoy, pese a que estoy en la U.

- Una vez que finalice la carrera de Derecho, ¿piensa ejercer de inmediato?

- Me queda harto de carrera aún, con el grado y todo, quizás unos tres años, mínimo. Y no lo he pensado, pero no quiero dejar el vóley, no me imagino sin jugar. También pienso en que me gustaría ir a jugar afuera, creo que todavía puedo hacerlo. Hay una armadora en Colombia, María Alejandra Marín, que a mí me encanta y que tuvo su primera experiencia internacional a los 24 años, entonces creo que tengo posibilidades.

- ¿Dedicarse al vóleibol le entrega algún rédito?

- Es un tema frecuente con mis compañeras. A veces nos damos cuenta que estamos jugando un partido a las siete de la tarde un domingo y decimos “esto realmente es por amor al arte”. Por mi club ahora sí estoy recibiendo aportes, firmé contrato con Club Murano, y eso me ha servido. Y por la Selección no, en realidad ahí sí siempre he sentido que es sólo por amor, y por las ganas que tenemos de mejorar, porque es donde se encuentra el mejor nivel en el país.

- El año pasado, justo antes de los Odesur, usted se lesionó. Pese a que después logró estar, imagino que fue un episodio complejo.

- Sí, dos semanas antes de los Odesur, me esguincé la rodilla. Tenía que estar lista en tiempo récord. De hecho, Eduardo Gullaume, el DT de la Selección, pensó en bajarme de los Odesur, pero con mi kinesiólogo, Felipe Escanilla, hicimos todo lo posible por estar. Llegué igual a Asunción, me perdí partidos importantes y jugué poco y nada, pero mi idea era ir y aportar algo. Fue frustrante la lesión, pero tuve que cambiar de mentalidad rápido. Allá también en la competencia me cuidé, jugué con rodilleras, y me trataban de sacar para que no estuviese en partidos muy largos. Yo llevaba cerca de ocho años en la Selección y nunca había participado en unos Odesur, entonces era importante para mí. Pero sí, fue un tiempo duro, porque no me sentía al nivel de juego que yo creía que podía dar.

- Pero después se terminaron quedando con la medalla de bronce...

- Sí, fue hermoso, la Bea Novoa, la Paula Salinas y yo somos las que llevábamos más tiempo en la Selección y nos faltaba ganar una medalla así. Habíamos ganado otras, pero este campeonato era más importante. Cuando caché que ya íbamos a ganar, empecé a tiritar, recuerdo (sonríe). Fue demasiado emocionante. Nos faltaba también para motivarnos más, para entender que sí podemos meternos ahí en los podios.

- Ahora viene Santiago 2023, ¿cómo es la preparación y cuáles son las expectativas?

- El 11 de junio partimos con la preparación. En agosto tenemos un Sudamericano adulto. El DT aún no nos da la planificación completa, pero a partir de ese mes la idea es entrenar de lunes a sábado, y también habrá concentraciones. Nos prepararemos mucho, además volvieron todas las compañeras así que estamos con equipo completo. Físicamente también hay que cuidarse porque aún falta. Queremos dar lo mejor de nosotros, sabemos que vienen equipos súper fuertes, pero estamos en casa. Simplemente hay que demostrar todo lo que hemos entrenado todos estos años. Todo lo que hemos dejado por el vóley.